El presidente del BCRA define la atención bancaria a partir del anuncio de la nueva etapa de la cuarentena.
Miguel Pesce sostiene que los bancos no son un potenciador de los contagios por el Covid-19. El presidente del Banco Central sostiene que el protocolo implementado a mediados de abril, con turnos y limitaciones para el acceso de los clientes a las ventanillas, está funcionando muy bien, y por lo tanto no es necesario volver atrás, aun en el contexto de un retroceso de otras actividades con el objetivo de frenar los contagios de la enfermedad.
Cuando le consultan si no aceptaría un acotamiento de la actividad en las sucursales bancarias, responde , «Sólo si los gobernadores me lo piden».
Ni Horacio Rodríguez Larreta ni Axel Kicillof plantean, hasta el momento, que sea necesario un nuevo esquema. Pero los funcionarios ya dejaron entrever que la dinámica de la crisis sanitaria es muy volátil, y que -de detectarse contagios entre los empleados bancarios- podrían rever esa situación.
Esto pasó en las provincias
En Jujuy, las sucursales recién volverán a abrir hoy y solamente para pagar jubilaciones y pensiones. Será de acuerdo a un cronograma, que dependerá de la terminación de sus documentos para evitar aglomeraciones. Y habrá controles: se tomará la temperatura corporal a los jubilados.
Algo parecido sucedió en Chaco, donde la expansión del virus obligó al gobernador a cerrar las sucursales.
También hubo cierres en algunas localidades de la provincia de Entre Ríos. Y hubo pedidos de cierre por 14 días en un par de sucursales en donde empleados dieron positivo de coronavirus.
Desde algunos bancos líderes privados creen que un eventual retorno a las restricciones en el área metropolitana sería muy perjudicial para miles de personas que, a diario, concurren con turnos a las sucursales siguiendo estrictos protocolos de seguridad.
El proceso de los bancos durante la pandemia resulta interesante: no fueron «esenciales» en la primera etapa del aislamiento decretado por el Gobierno, pero las largas filas para el cobro de jubilaciones iniciaron en los bancos un proceso contrarreloj para implementar nuevas medidas, como los turnos previos y el teletrabajo.
¿Y después de la pandemia?
Tal como sucedió en otras crisis históricas -como en 2001-2002- ahora también desde el sector ya trabajan para «el día después» y la «nueva normalidad». Los cambios son profundos.
Durante la cuarentena, Santander abrió más de 20.000 cuentas digitales, se pagaron online más de 3,5 millones de facturas de servicios y se multiplicaron por seis las extracciones en cajeros y sin tarjeta.
Banco Macro: los ingresos a Banca Internet y a la App crecieron un 44%, superando el millón de ingresos diarios; 65.000 clientes nuevos obtuvieron su alta utilizando el «on boarding digital y las consultas crecieron las consultas al asistente virtual «eMe» de la entidad aumentaron 246%.
Bancos líderes como Galicia, BBVA ICBC también pusieron en marcha planes especiales destinados a reforzar la atención tecnológica.
Una tendencia similar se nota en bancos públicos, como el Banco Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo.
Respecto al IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) de $10.000, que este mes van a cobrar casi nueve millones de personas. La ANSES planteó la posibilidad de bancarizar a todos los beneficiarios. Se trata de nada menos que 4,5 millones de personas que el mes pasado cobraron en beneficio en efectivo.
Si, como se espera, la ANSES logra bancarizar a esa cantidad de gente habrá logrado una meta revolucionaria para el negocio bancario y el blanqueo de la economía. Tan relevante como fue, tras la crisis de 2002, el relanzamiento de las tarjetas de débito, que hasta ese momento -y sin corralito mediante- las utilizaban una pequeña cantidad de consumidores.