Segunda causa, que se acumuló con la primera, la joven denuncia a Teruel y a dos amigos suyos por un abuso sexual cometido entre los tres a principios de 2014.
Una de las dos jóvenes que denunciaron a Lautaro Teruel por abuso sexual declaró este viernes en el juicio que se realiza contra el hijo del reconocido folclorista salteño. Relató que el acusado y dos amigos, que se encuentran coimputados, aprovecharon su situación de vulnerabilidad para abusar sexualmente de ella una noche del verano de 2014 en la que habían salido juntos.
Lautaro Teruel está siendo juzgado por dos causas de abuso sexual. En el primer expediente, llegó a juicio imputado por abuso sexual con acceso carnal continuado, agravado por el daño en la salud de la víctima, en concurso ideal con corrupción de menores doblemente agravada por tratarse de una menor de 13 años y por mediar engaño. Este es el caso que se inició cuando una adolescente relató que fue víctima del ahora imputado en reiteradas oportunidades cuando era una niña y visitaba la casa de los Teruel porque su abuela tenía una larga amistad con la madre de Lautaro.
En la segunda causa, que se acumuló con la primera, una joven denuncia a Teruel y a dos amigos suyos por un abuso sexual cometido entre los tres a principios de 2014. En este caso, está acusado junto a Silvio Ezequiel Rodríguez y Gonzalo Isaac Farfán, por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas. La denunciante que inició esta causa declaró en la quinta jornada del juicio.
La joven declaró sin la presencia de los imputados y sin público en la sala. Contó que en enero o febrero de 2014, un amigo la invitó a ir a un bar de la calle Balcarce. Cuando estaban ahí, recibió un mensaje en el que Teruel, Farfán y Rodríguez le proponían hacer algo esa noche. Ella les dijo dónde estaba y, al rato, llegaron los tres imputados.
Pidieron algo para comer y beber. Luego, el amigo con el que había llegado al local le dijo que se tenía que ir y ella se quedó sola con los tres acusados. Siguieron charlando, picando algo y tomando cerveza. Al cabo de unas horas, Lautaro Teruel propuso ir a una fiesta en la casa de una amiga, en el barrio El Huayco. Aceptó porque no tenía otros planes.
Se movilizaron en el auto de Teruel. La reunión era en la terraza de un edificio de monoambientes. Allí bailaron en ronda con los imputados, mientras compartían bebidas.
La joven dijo que días antes había conocido a uno de los tres imputados, Silvio Ezequiel Rodríguez, en la casa de una amiga y que le había gustado. Sostuvo que esa noche «pegaron onda», bailaron y se besaron. Manifestó que en ese momento ella ya había empezado a sentirse afectada por el alcohol.
En determinado momento los imputados decidieron irse y propusieron pasar por un boliche de calle San Luis. Ella aceptó porque no quería irse a su casa sola y en ese estado. Al llegar, el local estaba casi vacío. Entonces propusieron ir a casa de Teruel y ella accedió. Dijo que la idea era tomar algo y charlar.
La denunciante refirió que conocía el inmueble porque había ido antes, pero que solo había estado en el área del quincho y el patio. Rodríguez la llevó de la mano a una habitación que estaba arriba. Dijo que lo siguió porque quería estar con él. Allí había una cama chica y una ventana. Silvio Ezequiel Rodríguez cerró la puerta.
Aseguró que, cuando estaban teniendo relaciones, ella se encontraba de espaldas a la puerta y entró Lautaro Teruel, desnudo, y la accedió carnalmente. Manifestó que Rodríguez no dijo nada y salió de la habitación.
Agregó que luego entró Gonzalo Isaac Farfán, también desnudo. Describió que entonces a ella le dio la sensación de que «se estaban turnando». Expresó que «se sintió horrible» y entonces Farfán se retiró de la habitación.
La joven sostuvo que no sabía qué podía pasar y que le costaba reaccionar. Entonces decidió cambiarse y bajó sola las escaleras. Estaba muy nerviosa y perdida.
Dijo que vio a Teruel y a Farfán dando vueltas por la casa, pero no se animó a hablarles. En un momento ellos salieron y le dijeron que iban a pedir un taxi. Ella se quedó sola hasta que llegó el auto de alquiler. Farfán se fue con ella porque vivía cerca de su casa y siempre volvían juntos, pero en el camino no hablaron.
Cómo era el vínculo
La víctima refirió que había conocido a Lautaro Teruel en 2012, por un amigo en común que los había presentado. Él la llevó a la casa de Teruel y allí estaba Farfán. Farfán tocaba el bajo y ella también sabía de música, así que congeniaron enseguida. Comenzaron a verse seguido y compartían salidas al cine y al teatro. Dijo que confiaba mucho en él y lo consideraba un hermano.
Explicó que con Lautaro Teruel la relación era más superficial. Notaba que a veces él le hacía insinuaciones, pero ella no le daba lugar.
Consultada acerca de un encuentro que tuvo con Silvio Ezequiel Rodríguez luego de lo ocurrido, en noviembre de 2014 en Córdoba, refirió que había viajado a esa provincia para ir a un recital y se quedó por varios días.
Lo contactó y él la pasó a buscar por casa de una amiga, donde se hospedaba. Fueron a tomar algo. Ella quiso hablar del hecho denunciado, pero no se animó. Luego de ese día, no lo volvió a ver.
Acerca de la denuncia pública que realizó en Facebook sobre lo sucedido, en diciembre de 2018, contó que la decisión de hacerla surgió luego de una charla con una amiga, en Buenos Aires. Estaban pasando en la televisión un informe sobre la denuncia de abuso sexual de la actriz Thelma Fardin contra el actor Juan Darthés y, a raíz de eso, ambas compartieron experiencias íntimas que habían vivido. Entonces ella decidió hacer algo. «Fue como un desahogo», dijo.
Hasta ese momento, la denunciante le había comentado a algunas amistades lo que pasó, pero no se lo había dicho a su familia. Tiempo después se fue a estudiar a Buenos Aires y relató que se sintió aliviada de no verlos más.