Corre peligro de caerse el puente-canal por el que se deriva el agua del Río Chuscha hacía la planta potabilizadora.
El Consorcio de Usuarios del Sistema Hídrico de los Ríos Chuscha y Lorohuasi (CUSH) puso en alerta al Intendente Fernando Almeda, al senador Sergio Saldaño y al diputado Sergio Cisneros a principios del 2020 acerca del delicado estado en que se encuentra el puente derivador ubicado en la zona de San Luis. El mismo está asentado precariamente sobre una piedra que las crecientes socavaron y dejaron prácticamente sin sustentación.
Desde el Consorcio vienen advirtiendo desde principios del año pasado que una creciente más podría terminar de socavar esa piedra y el puente caería dejando sin provisión de agua a la planta potabilizadora de Aguas del Norte y por consiguiente, sin agua potable a gran parte de Cafayate.
Ante la falta de respuesta de las autoridades, el Consorcio de aguas inició de urgencia obras extremadamente provisorias y en soledad ante la llegada de las primeras lluvias y las crecidas del Río Chuscha de esta temporada.
Ni Fernando Almeda, ni Sergio Saldaño, ni Sergio Cisneros realizaron gestión alguna ante la delicada situación. Las autoridades de Aguas del Norte nunca se ocuparon del tema y todos juntos se desentendieron del asunto y desaparecieron de las reuniones y ni siquiera atienden los teléfonos, expresaron integrantes del consoricio.
Estos funcionarios parecen no haber valorado o entendido que el colapso del canal significará un desastre para gran parte de la población que se quedará sin el servicio de agua potable por mucho tiempo.
La piedra que hace de base está totalmente socavada y solo esta sujetada con empalizadas provisorias
Ante la indiferencia de las autoridades, el Consorcio de Usuarios del Sistema Hídrico de los Ríos Chuscha y Lorohuasi (CUSH) comenzó con algunas obras en extremo provisorias como la construcción de un muro de hormigón y piedras en las bases del canal que atraviesa el Río Chuscha a la altura de San Luis.
Imposibilitado el consorcio de financiar el costo de $900.000 que demandan esos trabajos, envió una nota a Aguas del Norte suplicando por ayuda económica ante la imposibilidad de afrontar el gasto.
La misiva también le recuerda al organismo dirigido por García Salgado que, a lo largo del año, Aguas del Norte participó en diversas reuniones donde se analizó el precario estado del muro de protección (sur), por lo tanto, la empresa conoce de primera mano la problemática derivada del arrastre de sedimentos y la erosión del agua, pero nunca dio respuesta alguna.
El Intendente Fernando Almeda se lavó las manos y les dijo que no dispone de recursos económicos y se desentendió del tema.
El Senador Sergio Saldaño y el diputado Sergio Cisneros, parecen haber hecho como si el tema no existiera, porque nunca se supo que hicieran gestión alguna, ni se preocuparon por averiguar nada. Luego de haber sido puestos al tanto de la delicada situación, nunca más participaron de las reuniones ni les atienden los teléfonos a la gente del Consorcio.
La lluvia del último lunes empeoró la situación
Las copiosas precipitaciones de comienzos de semana y la consiguiente crecida del rio aceleraron el proceso de degradación y obligaron al consorcio a acelerar los trabajos ante el peligro de una nueva crecida que termine destruyendo definitivamente el canal.
Integrantes del Consorcio de Usuarios del Sistema Hídrico de Río Chuscha y Lorohuasi (CUSH) informaron que de proseguir la indiferencia e inacción del Intendente, el senador y el diputado, como también de Aguas del Norte, no tendrán más recurso que implementar una campaña para recolectar fondos entre los vecinos de Cafayate y así lograr contar con los $900.000 que demanda la obra provisoria.
Propuesta de solución definitiva para una problemática de todos los años
Mientras se implementan las obras de emergencia, el Consorcio también dio a conocer el proyecto de construcción de un nuevo puente-canal con pasarela para peatones que significaría una solución definitiva del problema. El presupuesto es de algo más de $8 millones.
El proyecto fue puesto en conocimiento de las autoridades de Aguas del Norte y de funcionarios locales y provinciales a principios de 2020 pero no se tuvo ninguna respuesta.
Mientras tanto solo queda aferrarse a la suerte de que una crecida de grandes proporciones no termine por destruir el canal y deje sin agua potable a las familias cafayateñas.