La sequía aceleró la faena y hay mucha oferta. Se suma la retracción del consumo.
Los precios de los cortes de vaca en Salta se mantienen relativamente estables y eso, en el contexto económico actual, es noticia. En las carnicerías se detuvo el ritmo de las subas en los últimos tres meses, aunque eso podría no durar mucho tiempo, por lo cual, es una oportunidad para freezar y ahorrar.
«No sabemos hasta cuándo se mantendrán estos valores. En medio de tanta inflación, lo único que no sube son los precios de las carnes. Es por eso que algunos carniceros nos animamos a ponerlos en las pizarras», dijo Mario Cruz, propietario de La Ternerita, en la zona sur.
En la misma carnicería el 13 de diciembre de 2021 se pagaba 530 pesos el kilo de media res. Hoy Mario la compra a 750, es decir un 40 por ciento más cara. Hay una diferencia notable con respecto al 100 por ciento de aumento que tuvo en el mismo período el valor del boleto del transporte urbano de pasajeros o el 83 por ciento de incremento en el índice barrial de precios del Isepsi (Instituto de Investigación Social, Económica y Política) que se registró en agosto en comparación con diciembre último.
Así, lo que más se vende en La Ternerita sigue siendo el sobaco, que en diciembre valía a 730 pesos el kilo y que hoy cuesta $1.000 el kilo. La costilla pasó de los 910 a los 1.400 pesos el kilo.
«Nosotros (los carniceros) estamos siempre como amenazados por las subas de los precios, que por ahora no llegan. Siempre vienen los changos que transportan las carnes y tampoco saben cuándo aumentará. Porque debemos decir que siempre aumentan los precios para fin de año. Es ahora cuando muchos vienen y se compran los pecetos o las carnes para las fiestas de fin de año», concluyó Mario.
Con respecto a las razones de la estabilidad en los precios que hoy es noticia, hay dos que son centrales. Una es la sequía en la zona central del país y la otra el deterioro del poder adquisitivo de los salarios por la elevada inflación que se experimenta en el presente año.
La falta de lluvia obligó a los productores a faenar animales antes de su engorde completo por la menor disponibilidad de alimento para el ganado, lo que incidió en que actualmente haya más oferta. En paralelo, la caída del poder adquisitivo de los consumidores incide en una retracción de la demanda.
El fuerte deterioro de los ingresos hace que las familias deban asignar recursos cada vez con más precisión para llegar a fin de mes. Y llevar un kilo de carne vacuna equivale a comprar tres kilos de carne de pollo o dos de carne de cerdo.
Un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) precisó que en el trimestre junio/agosto los valores no variaron. El resultado es una brecha entre el incremento que se registró en los precios de las carnes y la suba del valor de otros productos de consumo masivo.
Si tomamos lo que sucedió en los primeros siete meses del año, según el Indec, los fideos subieron 78%, de $78,44 a $139,54. Y el pan un 57%, de $207,97 a $327,39.
Según un documento la Ciccra, «el motivo por el cual no se modificaron los precios fue la sequía que obligó a los productores a poner en el corral a los animales que estaban a medio recriar, por lo que la oferta fue constante en un mercado con demanda muy deprimida. La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores hace que la demanda esté en un bajísimo nivel».
Al ver estos movimientos es lógico pensar que más temprano que tarde desde la cadena de comercialización de carnes se tienda a equiparar los porcentajes de incrementos. Así lo ven en Ciccra, en cuyo documento de análisis sectorial señalan como muy posible que en los próximos meses se registre una «corrección al alza». Por razones estacionales, creen que habrá una recuperación de la demanda en el último cuatrimestre, pero especialmente confían en que ceda la sequía y el flujo de ganado hacia los frigoríficos se modere.
Esa combinación hará que la oferta se ajuste más a la demanda y se concrete una suba en los valores. De allí que la perspectiva es que este «veranito» de precios que se observa en góndolas comience a cambiar en las próximas semanas.
Con lugar en el freezer, comprar algunos cortes a estos precios y conservarlos congelados resulta una muy buena opción para «estirar» los ingresos de los próximos meses.
«Pensamos que si vienen aumentos, de acuerdo a los rumores que están circulando, llegaría a 900 el kilo de la media res, eso llevaría el precio del peceto a superar los 2 mil pesos. Por eso decimos que hoy es el momento de comprar la carne para fin de año», concluyó el carnicero de la zona sur.