El Banco Central tomó medidas para restringir al máximo los mercados de contado con liqui y MEP pero las cotizaciones continúan en alza. ¿Por qué?
La suba de los dólares «alternativos» -con el consecuente ensanchamiento de la brecha- genera preocupación en el Gobierno, algo que explicitó el propio Alberto Fernández. «Me preocupa la suba del dólar, pero hay mucha especulación. No hay argumento lógico para que eso pase», dijo el Presidente.
El presidente se refería al encumbramiento del dólar blue, que en la jornada de hoy superó los $130, un valor impensado hasta hace algunas semanas y que es señalado por algunas consultoras como el precio al que debería estar el dólar oficial.
Ese precio es seguido de cerca por las cotizaciones de los «alternativos» y legales contado con liqui y MEP, que ya superan los $120.
¿Qué ocurre? ¿Por qué si el Banco Central tomó medidas para restringir al máximo los mercados de «contado con liqui» y «Bolsa», las cotizaciones continúan su tendencia alcista?
Un cortocircuito entre el Ministerio de Economía y el Banco Central es la base de esa llamativa circunstancia, que provoca sorpresa incluso en la City porteña.
En concreto: Martín Guzmán y Miguel Pesce no terminan de acordar una estrategia común para sosegar la histeria de los inversores.Te puede interesar
Son miradas distintas: el ministro de Economía está convencido de que hay que construir lo más pronto posible lo que en el mercado denominan una curva de la deuda en pesos, que le abriría la posibilidad -más adelante- de armar un mercado sólido en moneda local, con emisiones de títulos en pesos ya sea por parte del Estado o que los protagonistas sean las empresas.
Sin embargo, ese objetivo, a todas luces interesante e incluso audaz para un país que convive con una inflación del 50% anual, choca contra el interés del banquero central de mantener lo más calmo posible el mercado de los «dólares alternativos».
La evidencia, hasta el momento, indica que cada vez que la mesa de operaciones del BCRA interviene con la compra de bonos en el mercado termina dándole «salida» a inversores que ya no quieren esos papeles y van en busca de dólares para remitirlos a una cuenta del exterior.
Muchas veces, esas intervenciones de la autoridad monetaria desembocan en un efecto «no deseado»: el salto del «contado con liqui». Tal como sucedió en el comienzo de la semana.
«En un contexto como el actual, con las expectativas totalmente pinchadas y la incertidumbre, los inversores sólo piensan en desprenderse de los bonos, agarrar los pesos e irse al dólar«, cuenta un «trader» habituado a esta operatoria.Te puede interesar
Lo que está ocurriendo es que los inversores que le venden sus papeles al Banco Central, y que reciben los pesos a cambio, rápidamente escapan de esa moneda y dolarizan su inversión. Ese circuito, en un contexto donde la gran mayoría de los financistas prefiere dolarizarse y desprenderse de los pesos, recalienta el mercado cambiario, lo que se traduce en una suba de las cotizaciones «alternativas» del dólar.
Por ahora está previsto que la prioridad del BCRA mantenga su estrategia de compra de bonos en moneda local. ¿Habrá en algún momento un cambio de planes? Tal vez, como en otras oportunidades, sea la elevada cotización del billete verde quien termine disciplinando a los funcionarios.
Los bonistas y la suba del contado con liqui
El presidente Alberto Fernández responsabilizó esta tarde a los acreedores por la disparada del dólar para fugar divisas a través de operaciones bursátiles.
«Esto yo ya lo viví en 2003. Los acreedores tienen cómo molestar en la economía interna y, lamentablemente, estas cosas pasan», enfatizó el jefe de Estado.
En medio de la dura negociación de deuda, Fernández sostuvo que los acreedores «tienen cómo hacerlo y tienen gente en la Argentina que se pone al servicio de ellos. Es un tema que me preocupa y estamos viendo cómo resolverlo. No hay argumento lógico para que esto pase».Te puede interesar
«Si la economía no se mueve, ¿para qué necesitan estos dólares? Para especular», disparó el Presidente en declaraciones a Radio Rivadavia.
«Si hay una contraoferta razonable, no tenemos empacho en analizarla, pero que la hagan», manifestó el jefe de Estado.
En declaraciones al programa «Tarde pero temprano» que conduce Oscar González Oro por radio Rivadavia, Fernández dijo que «el deseo del Gobierno es no defaultear», y enfatizó que el propósito es «pagar lo que Argentina pueda».
Añadió que «los acreedores deberían estar tranquilos porque lo que les estamos ofreciendo es lo que podemos pagar».
Señaló: «Vamos a pagar en la medida de lo que podamos. Nos vamos a comprometer en esos términos».