En marzo había sido denunciado por su esposa, quien logró escapar del control permanente que pesaba sobre ella y pudo llegar a la dependencia policial donde fue resguardada.
Paulo Reinaldo Alejo Chocobar (34) fue condenado en juicio abreviado a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional como autor material y penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada y desobediencia judicial.
El juicio se desarrolló en la Sala VII del Tribunal de Juicio, a cargo de la jueza Paola Marocco. Por el Ministerio Público intervino el fiscal penal de Cerrillos, Federico Portal. En la defensa del imputado actuó Víctor Walter Clark, de la Unidad de Defensa Pública 2.
En marzo pasado, la pareja del condenado radicó denuncia por hostigamiento recibido por parte de Chocobar. Contó que el imputado la sometía a agresiones verbales y que la amenazaba de muerte. También refirió que cuando se retiraba a trabajar, Chocobar la dejaba encerrada con sus hijos en la vivienda, con las puertas con candados. La mujer radicó la denuncia el 10 de marzo pasado, cuando le dijo al acusado que tenía que hacer un trámite en el banco. Él le permitió salir pero fue con ella. Al salir del banco, la denunciante le dijo que necesitaba ir al centro de salud del barrio para buscar el carné de vacunación de sus hijos. En este caso no la acompañó y entonces la damnificada aprovechó para ir a la dependencia policial a hacer la denuncia. Chocobar la buscó por el barrio y llegó hasta la comisaría, donde fue demorado.
La jueza ordenó la libertad del condenado por la modalidad de la condena y le impuso varias reglas de conducta por el término de dos años: prohibición de acercamiento a menos de 200 metros de la víctima y de los lugares que ella frecuente; abstenerse de ejercer actos de violencia física o psíquica en contra de ella y de su grupo familiar; una vez finalizada la cuarentena, someterse a tratamiento psicológico en el Programa con Agresores de Violencia de Género del Ministerio Público Fiscal o, de manera particular, en un hospital zonal.
Todo ello con estricto apercibimiento de revocarse la modalidad de prisión en suspenso de la condena.