Anoche la Cámara Alta dio luz verde a la refinanciación de la deuda con el organismo.
El proyecto de ley que avala el acuerdo del Poder Ejecutivo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda externa con el organismo recibió la sanción de la Cámara Alta. La votación resultó 53 votos a favor, 13 negativos y 3 abstenciones. Otra vez el oficialismo votó dividido y el kirchnerismo duro otra vez quedó sin fuerza. El país, de esta forma, evita el default.
La sesión especial fue abierta a las 14.08 por la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, quien se fue antes de la votación final.
En la mayoría de los discursos escuchados durante toda la jornada y desde los dos principales espacios políticos, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio coincidieron en la necesidad de priorizar el hecho de que Argentina firme el acuerdo con el FMI para no ingresar en zona de default.
En el FdT, tres de las senadoras más cercanas a la vicepresidenta manifestaron críticas al origen de la deuda contraída con el organismo internacional por el gobierno de Mauricio Macri y dijeron que se trató de «una de las mayores estafas» al pueblo argentino.
También hubo pedidos a la Justicia para que se aceleren las causas contra funcionarios del exgobierno de Cambiemos acusados de fuga de divisas.
Desde la oposición, los senadores Martín Lousteau y Víctor Zimmerman refutaron las acusaciones y coincidieron en la necesidad de respaldar el convenio para evitar «mayor sufrimiento al pueblo argentino».
Para lograr el quórum necesario bajaron al recinto los representantes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, así como bloques más pequeños.
En la apertura del debate, el Frente de Todos (FdT) anotó 13 oradores, mientras que Juntos por el Cambio registró 22 y otros monobloques y bloques chicos incluyeron a cinco expositores.
En representación del FdT, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Ricardo Guerra, acusó a la gestión de Mauricio Macri de «especular políticamente» con su vínculo con el FMI, al defender la firma de un nuevo acuerdo con el organismo. En un discurso de 20 minutos, Guerra declaró que «el préstamo (pedido por la gestión de Cambiemos en 2018) ha sido alejado de lo estatutario y de lo legalmente permitido y cercano a una especulación política».
Silvia Sapag (Frente de Todos-Neuquén) argumentó su posible abstención al sostener que apoya al Gobierno pero que por razones familiares «muy personales» no puede avalar el entendimiento.
María Pilatti, una de las senadoras más ligadas a la vicepresidenta, aclaró que «tener diferencias no significa ruptura», para ahuyentar rumores sobre una fractura del bloque del oficialismo. Lousteau, a su turno, despertó críticas del oficialismo después de que se refirió a la fuga de capital de la que acusan al gobierno macrista y mencionó causas judiciales de la vicepresidenta y su familia.
La habilitación de la sesión sobre tablas, que precisaba de los votos positivos de los dos tercios de los presentes, fue facilitada por la oposición, ya que el dictamen obtenido el martes en la comisión de Presupuesto y Hacienda no obtuvo los siete días desde su publicación, tal como establece el reglamento.