El Ministerio de Seguridad había ofrecido una recompensa de $4 millones para quien lo entregara.
El periodista Ezequiel Guazzora fue detenido esta madrugada por la División de Trata de Personas de la Policía Federal luego de pasar 70 días prófugo por el delito de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores. El Ministerio de Seguridad había ofrecido una recompensa de $4 millones para quien aportara datos de su paradero.
El periodista -que fue precandidato de Principios y Valores, el partido encabezado Guillermo Moreno, antes empleado en blanco de la Auditoría General de la Nación y la Municipalidad de Merlo, entre otros empleos- fue detenido, precisamente, en Merlo, en un domicilio en la calle Carlos Tejedor, en un domicilio donde se ocultaba con otro hombre, que sería un amigo suyo. Había rapado su cabeza y aumentado notablemente de peso. Detectives del caso aseguran que Guazzora cambió tres veces de celular durante su fuga.
La investigación de la División Trata de Personas -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales– incluyó una serie de rastreos telefónicos, intervenciones y geolocalizaciones, con una causa a cargo del Juzgado Nº 54 de Santiago Bignone. La oferta de la recompensa surtió efecto: un testigo realizó un llamado clave para aportar información a la línea 134.
A la espera de la indagatoria
Así, tras su arresto, será trasladado a una celda de la central del Departamento Trata de Personas en la zona de Villa Luro, a la espera de su indagatoria.
La causa contra Guazzora había comenzado tras una denuncia de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT Argentina) ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Persona.
El periodista, asegura un documento judicial, “habría pactado un precio con la madre de una menor para que le permita acceder carnalmente a ésta contra su voluntad en su domicilio; a tal fin, la joven habría concurrido a su vivienda con su progenitora, donde habrían colocado alguna sustancia en su bebida que la dejó adormilada, y así perpetrado el abuso mientras la madre consumía los estupefacientes que le habría provisto el encausado”.
Es decir, según la imputación, drogó a la hija para violarla, mientras la madre se drogaba también. La madre de la menor, por su parte, también fue procesada por la Justicia.
Los detalles de los abusos
Los detalles de los encuentros con la adolescente pudieron conocerse por la declaración que dio la víctima, cuyo testimonio fue respaldado por psicólogos y psiquiatras especializados, tal como ocurrió en el caso de Jonathan Fabbro, condenado a 16 años por violar a su ahijada. En su relato, la adolescente dio una descripción muy precisa de la casa del acusado y mencionó que Guazzora le había regalado un buzo, que luego fue incautado en el domicilio del prófugo.