Argentina cumple este lunes un mes en cuarentena para frenar el coronavirus, que el Gobierno evalúa extender más allá del 26 de abril con el fin de afianzar la «baja» cantidad de contagios, aunque con la vista puesta en los efectos que el parón tiene sobre una economía que lleva dos años en recesión.
«La evaluación de este primer mes de cuarentena es buena, creo que los resultados son claros. Hemos logrado tener una cantidad de casos baja. Esta última semana hemos tenido menos muertes que la semana anterior», dijo a la prensa el ministro de Salud, Ginés González García.
Desde que el 3 de marzo se conoció el primer positivo de COVID-19 en Argentina y cuatro días después la primera muerte, hasta hoy son 2.941 las personas afectadas, de las que 136 fallecieron y 737 ya han recibido el alta médica. La edad promedio de las víctimas fatales es de 72 años, el 71 % de ellos varones.
APERTURA GRADUAL DE ACTIVIDADES
El aislamiento preventivo social y obligatorio, como se denominó el confinamiento que debe cumplir la población -a excepción de empleados de sectores esenciales o para comprar productos básicos- rige desde el 20 de marzo, aunque ya se prorrogó dos veces, primero hasta finales de ese mes, después hasta el último día de semana santa y ahora hasta el 26 de abril.
Rige además el cierre de fronteras -salvo para la llegada de vuelos especiales para traer de vuelta a argentinos varados en diversas partes del mundo- y las limitaciones para moverse en el interior del país.
Fuentes de Presidencia confirmaron a Efe que ya se analiza una nueva extensión de la cuarentena, aunque aún sin una fecha límite definida.
En los últimos días se fueron añadiendo algunas excepciones muy puntuales, como la apertura acotada de bancos, y este lunes se incorporaron la apertura de establecimientos de cobro de servicios e impuestos o la atención médica y odontológica programada.
Además, también se reinician diversas actividades en provincias con pocos contagios o muy controlados.
Esta progresiva apertura busca la reactivación progresiva de la producción, en un país que lleva dos años en recesión, con altos niveles de inflación y pobreza y que transita un intrincado proceso de renegociación del pago de su alta deuda externa.
PROGRAMA DE ASISTENCIA A LAS EMPRESAS
Si bien desde el inicio de la pandemia el Gobierno ha tomado medidas para contener la situación social y aplacar los efectos económicos entre los sectores y trabajadores afectados por el parón laboral, el Ejecutivo continúa alerta por los efectos negativos que la cuarentena tendrá en la maltrecha economía.
Este lunes se presentó una ampliación del plan de asistencia a empresas anunciado a principios de mes, que prevé, entre otros aspectos, el pago de parte del salario de los trabajadores de empresas que se han visto afectadas por la pandemia, explicó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Alrededor del 75 % del total de empresas que existen en Argentina se han inscrito al programa.
«El objetivo básico de todo sigue siendo preservar la salud de la población y al mismo tiempo ver cómo hacemos para mantener el nivel de empleo y las unidades productivas de modo tal de poder salir rápido una vez que este periodo pase», dijo el titular de Trabajo, Claudio Moroni, quien recaló que en Argentina no se están produciendo despidos masivos.
El paquete total de ayudas anunciadas entre marzo y abril para amortiguar el impacto económico del coronavirus asciende a 850.000 millones de pesos (12.894 millones de dólares) que equivale al 3 % del producto interior bruto.
ESTÁ «CONTROLADA» LA CIRCULACIÓN DEL VIRUS
A estas alturas, según el ministro de Salud, está «controlada» la circulación del virus.
«Hoy las clínicas están a un 30-35 % de su porcentaje ocupacional. Las terapias intensivas están al 50 % de su porcentaje ocupacional. Significa que tenemos la mitad de camas vacías por si fuera necesario. Ojalá que no fueran necesarias», recalcó.
Sin embargo, para reforzar el sistema sanitario, este lunes se confirmó que llegará una delegación de médicos cubanos que permitirá que el personal «más experimentado» del país austral quede liberado para que pueda dedicarse a los pacientes de coronavirus.
Más allá de que el impacto del COVID-19 ha sido, según González García, menor que en otros países, alertó de que aunque se avanza en la fase de normalización de algunas actividades, si las variables empiezan a «complicarse» se volverá a la situación anterior.
El máximo responsable de la política sanitaria del Gobierno de Alberto Fernández compareció ante la prensa al llegar el segundo de los ocho vuelos que se prevé lleguen desde China con productos sanitarios adquiridos por el Gobierno.
POLÉMICA POR EL PERMISO A LAS PERSONAS MAYORES
La provincia de Buenos Aires y la capital argentina son los distritos más afectados por la enfermedad, con 873 y 706 contagios, respectivamente.
Es en ese marco que el Gobierno capitalino anunció días atrás un plan para «cuidar» a los adultos mayores, grupo de riesgo para el coronavirus, con el que se instaba a esas personas a no salir de casa o de lo contrario, pedir permiso llamando a un teléfono público.
Esta autorización, que no es obligatoria ni conlleva sanciones en caso de ser incumplida, tiene una validez de 48 horas y generó fuertes críticas por parte de algunas caras conocidas por la supuesta discriminación que conlleva la iniciativa.
Esta mañana, al entrar en vigor, el ministro de Salud local, Fernán Quirós, recalcó que se trata de intentar resolver los problemas de las personas de la tercera edad sin que tengan que salir, a través de los inscritos en un programa de voluntariado.
«Y si considerás que lo que te ofrecemos no es válido, no te resuelve el problema o no te gusta, entonces tendrás toda la libertad para salir y hacer de tu actividad lo que vos consideres”, aseveró el ministro.
Fuente: efe.com