La conductora fue intervenida quirúrgicamente este jueves después de caer de más de siete metros de una aerosilla en Aspen. Cómo evoluciona su salud.
Verónica Lozano se encontraba disfrutando unas merecidas vacaciones en Estados Unidos cuando sufrió un tremendo accidente. La conductora cayó de una aerosilla a siete metros de altura y se fracturó ambos tobillos. A raíz de esto, este jueves finalmente fue sometida a una cirugía, que le demandará una larga rehabilitación. Concluida la operación, Lozano emitió un mensaje en sus redes para llevar tranquilidad.
La conductora compartió una foto donde se ve el paisaje nevado desde su habitación y escribió: “Gracias por el amor y las oraciones. He recibido más amor del imaginado por mí”. “Gracias, Dios, Virgencitas invocadas, santos/as, ángeles, energías… Cada uno a su mood y bajo el nombre que hayan elegido, ha llegado a mí y me han colmado de paz y amor”.
Verónica Lozano contó el motivo de su caída de la aerosilla: “Fue negligencia del centro de esquí”
El martes, en comunicación telefónica con sus compañeros de Cortá por Lozano (Telefe), Verónica expresó: “Fue horrible, un accidente muy espantoso. Una negligencia absoluta del centro de esquí y estoy viva de milagro”. Entonces reveló que por los golpes, en los próximos días iba a someterse a la cirugía que finalmente se realizó en las últimas horas.
Cómo fue el accidente de Verónica Lozano en Aspen
En diálogo con sus compañeros de ciclo, la conductora relató la secuencia por la que terminó cayendo siete metros desde una aerosilla en Aspen. “Es una silla séxtuple donde entran seis personas. Íbamos tres: mi instructora, yo en el medio y Analía Franchín del otro lado”, comenzó y explicó que al subir, sus bastones de esquí quedaron trabados impidiendo que la barra de seguridad se cerrara correctamente.
“En ese momento le avisamos a la persona que está a cargo de la silla que la pare, la gente también empezó a gritar y nunca se detuvo. Entonces, yo traté de sacar el bastón, y quedé colgada”, dijo dando cuenta de que fue una “secuencia de terror”.
Tanto Franchín como la instructora intentaron sujetarla, pero a la complicación de quedar colgada a una gran altura se le sumó la incomodidad de los guantes y botas de esquí, de tela pesada y resbaladiza. Llegó un momento en que no pudieron más y Verónica se entregó al destino: “Yo sentía que me estaba por morir”. “Ahí hice una evaluación. El de la colchoneta no llegaba, y sentí que todo estaba en mis manos y yo, en las manos de Dios”, concluyó.