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Sociedad

Una salteña cuenta el sufrimiento de la comunidad trans en cuarentena

Pamela vive en Buenos Aires y brinda detalles de la mala situación que debe soportar.

La cuarentena no es igual para todos. Algunos sectores que habitualmente sufren desigualdades ven profundizados esos pesares durante los días de pandemia. Un caso es el de la comunidad trans, colectivo olvidado en esta época de coronavirus.

Una encuesta realizada por la Federación de Inquilinos Nacional (FIN) reveló que 6 de cada 10 personas no podrá pagar el alquiler de sus viviendas durante mayo. Esto se profundiza en la comunidad trans. El 100% de las travestis y el 93,8% de las mujeres trans encuestadas dijeron que no podrían pagar el alquiler porque dejaron de percibir ingresos.

Según la encuesta, casi la totalidad de las 150 personas trans y travestis entrevistadas en la encuesta declaró que dejó de percibir ingresos durante la cuarentena. Del total de las trans y travestis que participaron en la encuesta, un 100% vive en condiciones de informalidad.

Teniendo en cuenta estas problemáticas el gobierno publicó un decreto de emergencia que dispuso la suspensión temporaria hasta el 30 de septiembre de los desalojos de los inmuebles destinados a vivienda única personal o familiar.

Pero no todos lo cumplen. La comunidad trans, débil por carecer de apoyo social, lo sufre. Un ejemplo es el de Pamela, una salteña de 34 años que ejerce el trabajo sexual y vive en Buenos Aires desde principios de los 2000. Actualmente reside en un hotel en el barrio de Constitución y desde allí relató la situación que debe atravesar.

“El hecho de que seamos chicas trans y trabajadoras sexuales, y muchas veces migrantes, para los dueños de los hoteles no significa nada. No le dan importancia al decreto del presidente y nos hostigan y nos amenazan para que paguemos el alquiler sin importar el contexto”, contó Pamela en la Agencia Presentes.

«Si nos amenazan con desalojo, no nos queda otra que salir a la calle, arriesgar nuestra vida en medio de la pandemia para pagar los gastos necesarios, y ahí empieza lo que ya sabemos. Se imcumple la cuarentena, somos chicas trans y trabajadoras sexuales, nos llevan presas. La historia de siempre”, continuó.

Mientras tanto, la comunidad sobrevive gracias a la ayuda de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), que les permitió acceder bolsones de comida y cada fin de semana abre un comedor.

«Además, nos acercamos todas a la Casa Roja de AMMAR en donde nos ayudan con la Jornada de ciudadanía porteña, para entender los programas de subsidios a los que podemos acceder, y ahí dan mucha contención a las compañeras migrantes», agregó Pamela.

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