La madre de 63 años denunció que su hijo (42 años) padece severas enfermedades de base y que su salud se fue deteriorando desde el día de su detención y que necesita de una silla de ruedas, casi a diario para movilizarse.
Una madre reclamó ayer públicamente, a través de nuestro medio, la inhumana situación que vive su hijo, condenado hace varios meses atrás a una pena de 3 años y 6 meses de prisión, y que desde noviembre de 2021 permanece alojado, en silla de ruedas, en un celda compartida por otros once internos, en el penal de Villa Las Rosas.
La mujer de 63 años denunció que su hijo (42 años) padece severas enfermedades de base y que su salud se fue deteriorando desde el día de su detención, al punto que ahora se convirtió en un inválido y que necesita de una silla de ruedas, casi a diario para movilizarse.
Dijo que sus reclamos siempre caen en saco roto, una y otra vez.
Laura N., mamá del penado, relató que las condiciones edilicias de la cárcel no están hechas para que ninguna persona con ese tipo de discapacidad motora pueda llevar adelante el cumplimiento de su condena con normalidad.
Relató que desde hace meses tiene problemas para que le suministren la medicación que su tratamiento exige y que en el interior de los muros, sus enfermeros terminan siendo sus propios compañeros de celda.
Son once personas que conviven con un interno que tiene una visible discapacidad motora y que necesita medicación y atenciones que no recibe adecuadamente.
El hombre fue condenado en 2021 por un delito supuestamente cometido contra una joven.
“En el juicio no se presentaron ni la denunciante ni la víctima, como tampoco se presentaron pruebas médicas contundentes”, dijo la mamá. El hombre, según señaló, trabajaba en una fundación para personas discapacitadas.
La mujer dijo que agotó todas las instancias legales, que llegó a Casación por la condena que recibió y que al quedar su sentencia firme no puede más que suplicar por un mejor tratamiento.
La desesperada madre señaló anoche: «Más allá de lo justo o no de lo dictaminado por la Justicia, en su momento, mantener a un recluso en las condiciones en la que vive ese hombre no es humano».