El 23 de febrero una antena de alta tensión fue desarmada y sus caños robados.
El robo, según detallan en unos de sus informes desde la Fiscalía Penal de Salvador Mazza, a cargo del doctor Armando Cazón, llegaría a un monto total que supera los 4 millones de pesos entre la antena con un valor de 30.000 dólares y los caños galvanizados. Por el hecho, ocurrido el domingo 23 de febrero en un descampado a unos 3 kilómetros de Aguaray, el fiscal a cargo de la causa imputó y detuvo a tres personas.
La intervención del fiscal se produjo a partir de las actuaciones de la Brigada de Investigaciones número 4, luego de que el administrador de un proyecto de obras de compensación, identificado como Marcelo Rojas, tomara conocimiento a través de un puestero y denunciara que el pasado 23 de febrero, un grupo de personas desconocidas voltearon una torre de cableado de alta tensión ubicada frente a la comunidad Tres Quebradas de Aguaray. También indicó que en el lugar había una camioneta negra con siete hombres a bordo.
A raíz de las pesquisas colectadas por los sabuesos norteños, llegaron hasta el paradero de uno de los dueños de una ladrillera, ubicada en el paraje Virgen de la Peña, quien al ser entrevistado expuso tener unos caños similares a los robados de la antena de alta tensión. Se trasladaron hasta el lugar donde observaron más material similar al que están buscando.
Al llegar a la ladrillera, fueron recibidos por un hombre que manifestó trabajar como changuero, quien informó sobre los nombres de los propietarios del lugar. También observaron que las bases para sostener maquinaria estaban construidas con hierro galvanizado y presentaban un código alfanumérico con el logo de una antena.
Ninguno de los tres propietarios pudo justificar la procedencia de los materiales y solo uno de ellos adujo que fueron comprados por dos mil pesos a unos paisanos de Yacuy. Posteriormente, los hierros fueron secuestrados y los acusados detenidos. Tras las denuncias, informes policiales, estudio de fotografías y distintas declaraciones testimoniales, el fiscal Cazón dispuso la imputación de los acusados y su detención.
Desde un primer momento el caso reviste de profundas contradicciones. Una de las diferencias radica en la hora en que se produjo el hecho, el denunciante sostuvo que fue durante cuatro horas por la tarde, mientras que el dueño del lugar confirmó que fue a la noche y no duró más de 40 minutos.
Fuente: El Tribuno