Por la pandemia muchas personas eligieron movilizarse en bicicleta, para evitar contagios o ahorrar gastos.
La pandemia del coronavirus trajo consigo muchas cosas que es posible que perduren más allá de ella. Uno de los aspectos que cambió en la postal cotidiana de la ciudad a partir de marzo es el aumento de bicicletas en las calles. Bicicleteros consultados aseguraron que aumentó la demanda para reparar bicis y algunos admitieron que hasta se duplicó.
Por necesidad, por temor a los contagios o hasta por moda, muchos salteños se volcaron a las dos ruedas en los últimos meses.
En las bicicleterías de barrio y en los locales del centro, se forman colas de decenas de personas con o sin bicis para buscar repuestos o encargar arreglos.
De acuerdo con las posibilidades de cada bolsillo, las opciones van desde comprar una bici nueva hasta refaccionar bicis herrumbradas y abandonadas en el fondo del patio.
Para los bicicleteros, esto se convirtió en una oportunidad para mantener los ingresos que tenían antes de la pandemia, en un contexto en el que la mayoría de los comercios vieron menguadas las ventas.