Rusia vetó ayer una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía a Moscú el cese inmediato de su ataque contra Ucrania y la retirada de todas las tropas
La votación fue de 11 a favor, con el voto en contra de Rusia y la abstención de China, India y Emiratos Árabes Unidos, lo que mostró una oposición significativa pero no total a la invasión del presidente ruso Vladimir Putin a su vecino más pequeño y militarmente más débil.
El fracaso de la resolución allana el camino para que sus proponentes pidan una rápida votación de una resolución similar en la Asamblea General de la ONU, de 193 miembros, donde no hay vetos. No hay noticias inmediatas sobre el calendario de la votación en la Asamblea.
La votación se realizó con una demora de dos horas, ya que Estados Unidos y Albania, que copatrocinan la resolución, y sus partidarios gestionaron entre bastidores para conseguir que los países indecisos apoyaran la resolución.
La decisión de China de abstenerse, en lugar de utilizar su veto junto a su habitual aliado, Rusia, se consideró un logro diplomático.
“Pueden vetar esta resolución, pero no pueden vetar nuestras voces”, dijo la embajadora estadounidense Linda Thomas Greenfield a su homólogo ruso. “No pueden vetar la verdad. No pueden vetar nuestros principios. No pueden vetar al pueblo ucraniano”.
El embajador de Brasil, Ronaldo Costa Filho, cuyo voto estaba en duda pero se convirtió en un sí, indicó la preocupación de su gobierno por la acción militar de Rusia. “Se ha cruzado una línea, y este consejo no puede permanecer en silencio”, manifestó.
Ante esto, el embajador ruso ante la ONU reiteró las afirmaciones de que su país está defendiendo a la población del este de Ucrania, donde los separatistas respaldados por Rusia llevan ocho años luchando contra el gobierno. Acusó a Occidente de hacer caso omiso de los abusos ucranianos allí.
“Han convertido a Ucrania en un peón de su juego geopolítico, sin preocuparse en absoluto por los intereses del pueblo ucraniano”, aseveró, y calificó la fallida resolución de “nada más que otro movimiento brutal e inhumano en este tablero de ajedrez ucraniano”.