Lo dijo la intendenta de la ciudad en la entrega de la Residencia de su abuelo.
La intendenta de la Ciudad de Salta, Bettina Romero acompañó este lunes a su familia en el acto oficial de entrega de la residencia de Don Roberto Romero, quién siendo el primer Gobernador democrático de Salta decidió donar el inmueble para que cumpla la función de residencia de los gobernadores constitucionales de la provincia.
El compromiso se hizo efectivo con la firma de sus hijos y entrega de las llaves de la casona al actual Gobernador de la Provincia, Gustavo Sáenz. Se sumó cómo patrimonio histórico por su lujosa y cuidada arquitectura del siglo XX.
“Es un día muy importante no solo para nuestra familia sino para todos los salteños. Porque hoy se cumple la voluntad de mi abuelo un hombre que entendió la política al servicio de la gente. Con una firme creencia en el Norte Grande. Es un ejemplo del valor de la palabra en la política”, manifestó la mandataria.
La ceremonia inició con la firma del acta de donación por parte de los hijos de Roberto Romero. También suscribió el actual mandatario de la provincia, Gustavo Sáenz cómo receptor del inmueble.
Seguidamente tomó la palabra en nombre de la familia, el senador Nacional, Juan Carlos Romero, quién expresó: “Para la familia, para los herederos de Roberto y de Vicenta Di Gangi es un momento muy especial venir a cumplir con el mandato y la decisión expresada por nuestro padre Roberto Romero. Su intención fue dejar un testimonio de agradecimiento a Salta, y sus hijos acompañamos su decisión. Es importante para nosotros cumplir con sus deseos y voluntad. Esta casa conserva el estilo de una arquitectura emblemática del siglo XX y por eso implica un acrecentamiento del patrimonio histórico de la provincia”.
Por su parte el Gobernador, Gustavo Sáenz, expresó: “Querida familia Romero, comparto el recuerdo de un hombre y una mujer nobles. Rescato su gran humildad y trabajo que fueron parte de su esencia. Fue un hombre sin rencores, luchador y visionario. Padre del norte grande”.
Roberto Romero dejó como legado a su tierra la residencia familiar, ubicada en la calle Deán Funes entre la avenida Entre Ríos y el pasaje Mollinedo, diseñada por el galardonado arquitecto Mariano Sepúlveda y que fue concebida como el hogar de su numerosa familia.