La confirmación de esta medida fue proporcionada por el portavoz de la Presidencia, Manuel Adorni, quien también ratificó que la resolución ya comenzó a regir en el Ministerio de Defensa.
El Gobierno nacional liderado por Javier Milei ha decidido prohibir el uso del lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en toda la administración pública nacional. La confirmación de esta medida fue proporcionada por el portavoz de la Presidencia, Manuel Adorni, quien también ratificó que la resolución ya comenzó a regir en el Ministerio de Defensa.
«El lenguaje que contempla todos los sectores es la lengua castellana, no veo porque tener estructuras. Es un debate en el cual no vamos a participar porque consideramos que las perspectivas de género se han utilizado también como negocio de la política, eso no tiene discusión», expresó Adorni en una conferencia de prensa en Casa Rosada.
Esta reciente resolución implica que, en la práctica, se eliminará el uso de la letra «e» para referirse a posibles interlocutores no binarios, instando en su lugar a retornar al uso de sufijos femeninos o masculinos. La medida se fundamenta en la premisa de que el castellano contempla a todos los sectores y no es necesarios crear una subestructura discursiva.
Además, se establece que en el ámbito del ministerio se deberá «emplear el idioma castellano, conforme a la normativa y reglamentación que rige cada área respectiva, bajo los términos y reglas fijados por la Real Academia Española (RAE) y los reglamentos y manuales vigentes en las Fuerzas Armadas«. Esta decisión ha generado debate y reacciones diversas, reavivando la discusión sobre el uso del lenguaje inclusivo en la esfera pública y su relación con la igualdad de género.
Mientras algunos sectores respaldan la medida como una simplificación del lenguaje y un retorno a las normas gramaticales tradicionales, otros la critican por considerarla un retroceso en los avances hacia la inclusión y la equidad de género. La prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública nacional marca una clara diferencia con la gestión anterior de Alberto Fernández, que promovió activamente su uso como una forma de enaltecer la diversidad e inclusión.