La definición se tomará el viernes, cuando haya un panorama más claro de la evolución de contagios. El balance de la salida de los chicos y la presión de los intendentes del GBA.
La Ciudad de Buenos Aires se convirtió en los últimos días en el principal foco del coronavirus. Pero no sólo por la cantidad de casos que se detectaron, sino también, y en particular, por la tensión política que generó la decisión del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguz Larreta de permitir ciertas aperturas locales cuestionadas por los intendentes peronistas del GBA y por la gobernación de Axel Kicillof. En medio de esta puja, las autoridades porteñas deben definir esta semana cómo será la próxima etapa del aislamiento en el distrito.
El día D será el viernes, cuando haya un panorama más claro de la curva de contagios, pero la idea, hoy, es mantener las aperturas tal cual están o, en todo caso, hacer ajustes puntuales. A priori, no habría nuevas flexibilizaciones importantes. El último gran cambio fue la apertura de los «comercios de proximidad», para fomentar la «economía en los barrios»; y las salidas recreativas con los chicos.
Aquí, cinco claves de cómo y con qué lógica se tomará la decisión para la nueva etapa que arranca el próximo lunes.
1. ¿Por qué se decide el viernes?
Este lunes, apenas pasadas las 7 de la mañana, hubo una charla entre Larreta y su vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, uno de los principales voceros de la Ciudad -junto con el ministro de Salud- Fernán Quirós sobre la pandemia. Allí se acordó, entre otras cosas, bajar las expectativas sobre virtuales cambios.
«Todo lo que se diga antes del viernes, no hay que darle importancia. Recién entonces estará claro el impacto de las aperturas que se definieron en los barrios y de las salidas de los chicos», aseguró a Clarín una fuente oficial al tanto de la reunión.
Y amplió: «El impacto recién lo podés medir entre 7 y 10 días después de que aplicaste algún cambio. El virus tarda entre 5 y 14 días en provocar síntomas, y tenés que hacer los test. Nosotros a partir de mañana (por el martes) vamos a poder empezar a hacer un análisis más claro. Y el viernes, con más datos, tomaremos la decisión».
El Gabinete de la Ciudad sufre su propia tensión, entre ministros más aperturistas y otros que prefieren ser más cautelosos. Este diario reveló hace dos semanas que algunos funcionarios apostaban a una mayor flexibilización, con más contagios controlados y priorizando sólo a los grupos de riesgo, y eso generó mucho ruido interno.
2. Más casos, pero sobre todo en villas
Este lunes a la mañana se conoció el último parte de la Ciudad sobre casos y muertes en el distrito. Corresponden a este domingo 17 de mayo: se registraron 182 nuevos contagiados y 3 muertos. La evolución de la semana fue oscilante: 188 casos y 5 muertos el sábado, 229 casos y ningún muerto el viernes, 130 casos y 10 muertos el jueves, y 192 casos y 6 muertos el miércoles.
El total acumulado desde que se detectó el primer caso en el distrito es de 3.928 contagiados y 150 muertos, cerca del 40% de los fallecidos en todo el país, en poco más de dos meses.
Pero la Ciudad tiene un componente particular para analizar en las últimas semanas, que es el porcentaje de contagiados y muertos en los barrios vulnerables. Este domingo, por ejemplo, de los 182 nuevos casos contabilizados, 122 correspondieron a villas: un 67%. La incidencia va creciendo, ya que en el total aún no llega al 34% (1.323 sobre 3.928).
El propio ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, asegeuró que la suba de casos que venía registrando la Ciudad no tenía que ver con las nuevas flexibilizaciones sino con que el virus había entrado en las villas. Desde el Gobierno porteño coinciden: «Ahí claramente tenés un problema de hacinamiento que impide cumplir el distanciamiento social».
En la Ciudad insisten con que falta tiempo para analizar científicamente el tema: «Aun no sabemos con precisión si la suba de casos, en general, tiene que ver con que empezaste a testear más o responde a un crecimiento real de la curva, si estás entrando en un pico. Y respecto a los barrios vulnerables, tampoco se sabe en qué momento lo agarraste. En la 1-11-14 (en Flores), por ejemplo, pareciera que lo detectaste con los contagios disparados, porque ya había muertes y cada muerte implica una cantidad considerable de contagiados».
3. Balance positivo de las salidas con chicos
Transcurrido el primer fin de semana de las salidas recreativas con chicos, el balance en la Ciudad es «muy positivo». En boca de un alto funcionario porteño, «casi no tuvimos ningún problema, todos cumplieron con las normas». Esto implicaría, a priori, que las salidas seguirían bajo las mismas normas: los fines de semana, cuando baja la circulación de trabajadores en el distrito, con un perímetro de 500 metros y con división entre DNI par e impar para lograr una división proporcional.
4. Control en el transporte y peajes
Respecto al aumento de la circulación que trajo la última apertura, en la Ciudad aseguran que en la primera semana, se detectó un crecimiento total de 5 puntos porcentuales, de 25% a 30%. Pero agregan que aún se sigue muy lejos de los parámetros previos a la llegada de la pandemia.
Desde la Nación, de acuerdo con la Ciudad y la Provincia, tienen preparada una limitación en el transporte si se disparan las aglomeraciones en ciertos horarios, como se vio en algunas imágenes en el tren Sarmiento. Una variable es acotar el uso de la SUBE sólo a los trabajadores de rubros esenciales. También se probará un sistema de reserva de lugar para viajar en ferrocarriles, el medio más sensible, por el movimiento que genera entre la Capital y el GBA.
Otra novedad con el transporte es que las autopistas porteñas, más los accesos Norte y Oeste, se sumarán al cobro de peajes. Desde la Provincia, que tiene la autopista Buenos Aires-La Plata y las rutas a la costa, habían comenzado la semana anterior. La decisión es puramente recaudatoria y no para desalentar el uso del auto, ya que justamente se impulsa lo contrario.
«En AUSA tenemos unos 1.500 empleados, que cobran su sueldo, tienen que controlar. Y además tenemos que seguir haciendo obras viales», explicaron desde la Ciudad. La vuelta de los peajes de las autopistas porteñas (Illia y 25 mayo, entre otros) sería este martes.
5. Peluquerías, shoppings, empleadas domésticas: los que tendrán que seguir esperando
Como se planteó en el arranque de la nota, el espíritu hoy en la Ciudad es mantener las aperturas tal cual están ahora. Y en todo caso, revisar alguna para volver a restringirla. Con lo cual, deberían seguir esperando las actividades que están vedadas como peluquerías y shoppings. En el primer caso, se está dando otra flexibilización de hecho y casi imposible de controlar, con gente que pide el servicio a domicilio.
Tampoco se habilitarían por ahora profesiones u oficios que implican traslados y movimientos en las casas, como las empleadas domésticas o los arreglos con albañiles. Allí otra vez aparece un punto sensible: muchas de estas actividades las ejercen vecinos que viven en barrios vulnerables, de la Ciudad pero en particular del Conurbano. Justo cuando crecieron los casos detectados en villas porteñas y ni siquiera hay un panorama claro en la Provincia.
Cualquier cambio en este sentido, además, generaría más tensión con los intendentes peronistas del GBA. Respecto al rol de la Nación, que debe aprobar cualquier flexibilización en la Ciudad ya que se trata de un distrito de más de 500 mil habitantes, la idea sigue siendo la misma: «Lo que pide Larreta, se le autoriza». Con un agregado importante: hasta ahora, todas las aperturas estuvieron consensuadas con Alberto Fernández, aun las que cuestionan los jefes comunales de su espacio político.