El debate por el femicidio de Mirtha Liliana González Ayala (37) se iniciará a las 9.30 ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 14, ubicado en el 1er. piso de los tribunales de la calle Lavalle 1171, y habrá otras dos jornadas los días 8 y 15 de este mes.
Waldo Servian Riquelme, el denominado «descuartizador de la amoladora», comenzará a ser juzgado hoy, acusado de asesinar y seccionar en 25 partes a su mujer, en un brutal femicidio cometido en 2019 en el barrio 31 de Retiro, y en el que, según la fiscalía, «el asesino evidenció un odio y total menosprecio por la víctima».
El debate por el femicidio de Mirtha Liliana González Ayala (37) se iniciará a las 9.30 ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 14, ubicado en el 1er. piso de los tribunales de la calle Lavalle 1171, y habrá otras dos jornadas los días 8 y 15 de este mes.
Los jueces que estarán a cargo del debate son Hugo Norberto Cataldi, Domingo Luis Altieri y Silvia Estela Mora, mientras que la acusación estará en manos del fiscal de juicio Fernando Klappenbach y la defensa del abogado José Vera.
En tanto, la querella de la madre de la víctima, María Lucía Ayala Insfrán, estará a cargo de los abogados Pablo Rovatti y Victoria Hernández Lehmann, ambos del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación.
Servian Riquelme (35), quien llega al debate detenido y con prisión preventiva, enfrenta una acusación por el «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género» (femicidio) de su pareja González Ayala.
En su requerimiento de elevación a juicio el fiscal que instruyó la causa, Andrés Madrea, abordó la perspectiva de género y sostuvo que en este caso el imputado tuvo con su concubina «un especial ahínco por su condición de mujer».
«El aquí acusado la mató, la descuartizó, la afeó, la desechó en una cloaca pretendiendo eliminar hasta la más mínima imagen femenina», recalcó el fiscal en el dictamen al que accedió Télam.
El hecho ocurrió entre el 15 -último día en que fue vista por testigos- y el 16 de marzo de 2019 en la vivienda que ambos compartían, en el barrio San Martín, del barrio 31 bis de la Capital Federal. Madrea afirmó que Servian Riquelme planificó dejar a sus hijos al cuidado de su familia la tarde previa al crimen, para «estar a solas con la víctima antes, durante y después de darle muerte».
Como posible móvil el fiscal mencionó que la relación entre Waldo y Liliana, ambos de nacionalidad paraguaya, estaba terminada y que mantenían una disputa por la venta de la casa, algo que el imputado pretendía y a lo que la víctima se negaba.
Una olla con restos humanos
En su requerimiento, el fiscal dio detalles de la macabra escena del crimen con la que se encontró la Policía de la Ciudad el 17 de marzo de ese año. Una olla con «restos humanos seccionados que habían sido sometidos a proceso de cocción», un horno eléctrico y un cuchillo de cocina con rastros de sangre, la «amoladora angular» con sus discos de cortes dentro de un balde -herramienta para despedazar el cadáver-, son algunos de los elementos hallados.
Según la hipótesis de Madrea, el baño fue el lugar elegido por Riquelme para «llevar a cabo su plan criminal», mientras González se duchaba, y el sitio donde luego descuartizó el cadáver durante un lapso «de dos a tres horas», según peritos. Para ello, dice el fiscal, Servian Riquelme se tomó incluso el trabajo de desmontar el inodoro y el vanitory, que fueron hallados en una habitación contigua con sus huellas dactilares.
«En el interior de la bañera -relata el fiscal- se hallaron partes de un cuerpo humano descuartizado», entre ellos la cabeza de González, que estaba «rapada con signos de ahumamiento en el cuero cabelludo» y con las orejas amputadas. También en la planta alta de la vivienda, que estaba en refacción, se hallaron «restos humanos parcialmente cocidos diseminados en el suelo y dentro de un balde, cerca del cual había un perro color marrón de tamaño mediano», describió Madrea.
El fiscal también enunció que «la autopsia concluyó que como producto del descuartizamiento se contabilizaron 25 fragmentos corporales individualizados».