El presidente de la Federación de Bomberos y jefe del Cuartel de Orán, Manuel Gutiérrez, aseguró que «El fuego se podría controlar, pero solo se apagará con lluvia».
Los incendios forestales en la zona norte de la provincia siguen sin poder controlarse pese a las acciones que llevan adelante los cuerpos de Bomberos Voluntarios de Orán, de la Policía de la Provincia, de Córdoba, de Nación, brigadistas de Defensa Civil y baquianos.
El presidente de la Federación de Bomberos y jefe del Cuartel de Orán, Manuel Gutiérrez, confirmó que en el mapa de focos de incendio hay 32 puntos de fuego, de los cuales tres son los más preocupantes: Valle Morado, donde la yunga arde hace 40 días, los cerros de San Ignacio y la Comunidad Tinkunku, en este último no logran llegar hasta el foco ya que necesitan caminar unas 3 horas por el monte.
Gutiérrez señaló con preocupación que el foco de Valle Morado se encuentra a pocos kilómetros del Parque Nacional Calilegua, lo que además de generar un daño de grandes proporciones al ambiente afecta a la provincia de Jujuy.
Confirmó que son al menos 120 rescatistas los que están trabajando en los focos para poder «contenerlos» y reiteró que recién desde ayer se trabaja en forma coordinada con las distintas fuerzas afectadas al siniestro: «El subsecretario de Defensa Civil nos confirmó que este viernes vamos tener el apoyo de dos helicópteros y dos aviones hidrantes en la zona, pero veremos si pueden volar por la baja visibilidad. El piloto tiene que conocer la zona para evitar accidentes».
Gutiérrez analizó que «se debe definir dónde van a abastecerse los aviones y los helicópteros y cómo van a ser las descargas. Si no logran bajar, el agua quedará en la copa de los árboles, que tienen más de 5 metros de altura y no llegará a tierra. Sería perder el tiempo».
En Valle Morado, árboles de más de 5 metros de altura, y que son parte de una reserva centenaria de la naturaleza, caen consumidos por el fuego. El jefe de Bomberos de Orán destacó que los residentes de la zona tuvieron que rescatar corzuelas y otros animales que fueron alcanzados por las llamas. «Los lugareños confirmaron que han visto salir de la zona de riesgo a varios tigres», alertó.
Manuel Gutiérrez destacó que la situación actual deja en evidencia que no se cuenta con la capacidad de personal y elementos para poder controlar los focos de incendio. Y advirtió: «Se podría controlar, pero no se apagará este incendio si no es con la lluvia».
El especialista explicó que el fuego, en los 32 puntos, está en las raíces y en las copas de los árboles y que en las últimas horas se escucharon explosiones en los cerros donde el año pasado estuvieron trabajando algunas mineras. «Al parecer las empresas dejaron explosivos en algunos túneles subterráneos que ahora están siendo alcanzados por el fuego. Esto es un riesgo más para los bomberos. No queremos que ocurra lo que en Guachipas, con la pérdida de la vida de los brigadistas», recordó Gutiérrez.
Si bien el relevamiento oficial habla de 12 mil hectáreas afectadas por las llamas, los obreros de la zona advierten que el fuego ya devoró más de 20 mil hectáreas.