Tartagal: el trabajador municipal que se desempeña como sereno de la plazoleta HIpólito Irigoyen fue encarado por los dos comerciantes y bajo amenazas lo obligaron a ascender a una camioneta.
Todo sucedió dos semanas atrás cuando el trabajador municipal que se desempeña como sereno de la plazoleta HIpólito Irigoyen fue encarado por los dos comerciantes, propietarios de una panadería ubicada a pocos metros de la plazoleta y de otros comercios de Tartagal y bajo amenazas lo obligaron a ascender a una camioneta doble tracción de color negra en la que ambos, con el joven a bordo, emprendieron un raudo viaje.
Quien visibilizó la situación fue la hermana del muchacho quien relató en diversos medios locales los momentos de terror que los sujetos le hicieron pasar al joven de 33 años, padre de dos niños y residente en una modesta vivienda en un barrio periférico de Tartagal. «Apuntándolo con el arma de fuego, el hijo del comerciante le decía a mi hermano que le confiese para quien lo estaba espiándolos, que ellos eran tipos pesados y que los iban a entregar a unos sujetos bolivianos porque ellos se mueven en ese ambiente». Al parecer ambos hombres suponían que el planillero estaba en la plazoleta para espiarlos cuando en realidad trabajaba como sereno desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana los fines de semana.
Como las cámaras del sistema de emergencias 911 registraron el incidente dos efectivos llegaron al lugar cuando los dos comerciantes lo hacían descender al muchacho desde la camioneta. Allí luego de un intercambio de palabras con los efectivos, la joven, su madre y el aterrado obrero, los dos acusados se retiraron a su domicilio. A los vecinos de Tartagal que se expresaban por redes sociales les indignó la actitud patoteril de los sujetos, la falta de actuación de la justicia y la evidente falta a los deberes de funcionarios públicos de los dos efectivos a quienes el muchacho, su hermana y la madre de ambos les advertían que los sujetos portaban armas de fuego con las que lo habían encañonado para obligarlo a subir al rodado, pero nada hicieron para quitarles las armas y mucho menos para detenerlos. Finalmente en la noche del jueves los dos hombres fueron conducidos a la comisaría 3 de Tartagal en calidad de detenidos y hoy serán indagados por el fiscal y el juez penal en turno.
El hijo del comerciante a quien por su porte muchos apodan «gordo» postea en sus redes sociales fotos enfrente a vehículos importados de su propiedad pero con las patentes cubiertas, un hecho que no dejó de llamar la atención, al menos a los tartagalenses.