El neurólogo volvió a intentar despegarse del gobierno de Mauricio Macri y declaró que «la oposición no puede decir que acá no pasó nada entre 2015 y 2019». Elisa Carrió, aún sostiene la amenaza de una denuncia civil por «daños morales».
El acuerdo de paz interno de la coalición opositora no logró durar más de 24 horas. Mientras que los dichos misóginos de Fernando Iglesias continúan generando dolores de cabeza al interior del Pro, las chicanas y pases de factura del radicalismo no frenan, convencidos como están de que Horacio Rodríguez Larreta es quien está detrás de la «campaña de desprestigio» contra su precandidato bonaerense Facundo Manes. El neurólogo, mientras tanto, volvió a intentar despegarse del gobierno de Mauricio Macri y declaró que «la oposición no puede decir que acá no pasó nada entre 2015 y 2019». Estas declaraciones tienen a mal traer a una parte de Juntos Por el Cambio, especialmente a Elisa Carrió, quien no le perdona a Manes el haber insinuado que ella le había ofrecido la vicepresidencia allá por el 2015 y aún sostiene la amenaza de una denuncia civil por «daños morales».
«No voy a responder a los ataques. Cuando reciba uno voy proponer alguna idea. Las discusiones entre los políticos no ayudan a resolver los problemas de la gente», sentenció ayer Facundo Manes en declaraciones radiales, luego de quejarse de que había sido «víctima de ataques feroces» en los últimos días. En el radicalismo están convencidos de que estos «ataques» dirigidos contra Manes (tanto en las redes sociales como de parte de voceros del Pro y la Coalición Cívica) son motorizadas por el jefe de Gobierno porteño, que apostó todo su capital político a la precandidatura de Diego Santilli en la Provincia de Buenos Aires. «Lo que pido es que paren con la campaña de desprestigio, que tiene como responsable fundamental a Horacio Rodríguez Larreta«, denunció públicamente el gobernador Gerardo Morales, quien tiene pretensiones de candidatearse a presidente en el 2023 y empieza a adelantar así su interna con Rodríguez Larreta.
Una de las voces más furiosas contra Manes es la de Elisa Carrió, quien todavía está irritada con el neurólogo por haber osado declarar que ella le había ofrecido ser su candidato a vicepresidente en el 2015. Además de llamarlo «mitómano» y otros adjetivos poco amables, Carrió amenazó con denunciarlo judicialmente por daños y perjuicios. Si bien aún no presentó la denuncia, el diputado «Toty» Flores visitó ayer una escribanía y dejó asentado oficialmente que había estado presente en la reunión de la que había hablado Manes en el 2015 y que «en ningún momento se le ofreció dicha candidatura». «Tema terminado. La desmentida de Toty Flores deja probada la verdad», zanjaron desde la Coalición Cívica, aunque un colaborador de Carrió advirtió a este diario que, si bien la líder la CC no hará más declaraciones públicas sobre el tema, tendrá hasta tres años para iniciar acciones legales si ella así lo quisiera. Como suele suceder con Carrió, nada es definitivo.
«Es un tema a resolver entre Larreta y Vidal. Carrió es una especie de Fernando Iglesias, la van a tener que calmar ellos», se desentendieron del tema en el entorno de Manes. María Eugenia Vidal, sin embargo, tiene sus propios problemas, habiendo tenido que dedicarse a surfear las críticas generadas por las declaraciones de Iglesias sobre Florencia Peña en el último par de días. Molesta aún por la negativa del diputado a retractarse públicamente, Vidal realizó una serie de actividades con Patricia Bullrich, quien es la madrina política de Iglesias y lo respaldó en todo el episodio. Allá donde se mire, con o sin «manual de convivencia», las tensiones continúan acumulándose al interior de JxC.