El juez, vocal interino de la Sala II, condenó a prisión perpetua a Axel Emanuel Guzmán (19) y Joaquín Alberto Ramírez (20) por considerarlos coautores del delito de homicidio calificado criminis causae, agravado por la participación de un menor en perjuicio de Emanuel Martín Cruz (17).
Estaba sentado solo, a un costado de la Sala II en el segundo piso de la Ciudad Judicial de Salta capital. Medio encorvado, con la cabeza mirando al piso, Martín Cruz esperaba el fallo que honrara a su hijo asesinado salvajemente. «Vine el primer día porque tuve que declarar, después no vine más. Soy remisero y trabajo todo el día, lo único que queremos es que se haga justicia». Al cabo de una hora el juez Pablo Farah, en audiencia unipersonal, leyó el fallo donde condenó a prisión perpetua a los asesinos de Martín Cruz (h), de 17 años.
En contraste con la soledad del padre de la víctima, afuera en la puerta de la Ciudad Judicial unas 30 personas se manifestaban pidiendo justicia por el joven Cruz. Al unísono, después de unificar criterios de los cánticos, gritaban y cantaban. Al mismo tiempo que esto pasaba en la vía pública, en el tercer piso del edificio judicial juzgaban al conductor que borracho y a gran velocidad mató a Karina Natalia Flores, una joven madre.
El juez, vocal interino de la Sala II, condenó a prisión perpetua a Axel Emanuel Guzmán (19) y Joaquín Alberto Ramírez (20) por considerarlos coautores del delito de homicidio calificado criminis causae, agravado por la participación de un menor en perjuicio de Emanuel Martín Cruz (17). El magistrado ordenó que los penados sean trasladados a Villa Las Rosas donde las autoridades del penal deberán brindarles tratamiento terapéutico por la adicción que ambos tienen a las drogas. Las muestras genéticas de los condenados serán inscriptas en el banco de datos.
«Quiero agradecer al juez, a la fiscal y los abogados porque entiendo que la Justicia hizo su trabajo y gracias a Dios obtuvimos lo que todos esperábamos: una condena perpetua para esos dos asesinos», sostuvo Martín Cruz, padre del joven asesinado. «Realmente era una cosa de locos, se quisieron defender señalando que no había sido un robo, sino un enfrentamiento, pero quedó a la vista que sí, fue un robo. A mi hijo lo mataron por un par de zapatillas y una gorra».
Con el dolor de un padre al que le arrebatan su hijo de forma cruenta, Cruz apuntó: «Le clavaron seis puñaladas y eso siempre estuvo comprobado. Gracias a Dios el juez no se echó atrás y le aplicó la máxima condena a esos parásitos. Lamentablemente en Argentina los menores no son juzgados ni condenados, porque aquí anda suelto un menor que también participó del crimen». Un tercer delincuente fue absuelto por ser inimputable, dado que en el momento del hecho tenía 15 años. «Quisieron hacer creer que se trató de un enfrentamiento, una pica de barrio originada en una cancha de fútbol, pero mi hijo no jugaba al fútbol porque tenía una discapacidad».
La peor noticia
El crimen ocurrió el 18 de julio del año pasado en el barrio Villa Los Sauces. Policías de la subcomisaría de Villa Asunción se desplazaron hasta la calle Vizcarra, una zona conocida como Cancha de Piedra. Cuando los uniformados llegaron la víctima ya había sido trasladada al Centro de Salud de Villa Primavera, donde ingresó sin vida. «Esa noche estaba arriba del remís, los fines de semana son los días fuertes en el trabajo, subí a una pareja en Solidaridad y quedé libre en la avenida San Martín«, recordó Cruz, de 40 años.
«Recibí una llamada de mi hija y pensé que algo había pasado. Cuando me dijo salí volando, no sé cómo hice pero llegué al Centro de Salud de Villa Primavera donde estaba mi hijo, cuerpo arriba, pensé que estaría con los ojos abiertos, que me iba a decir papá o algo, pero no, estaba muerto con seis puñaladas para llevarse una gorra y zapatillas».
«Todos los días lo espero pero el changuito no llega. A las 14 solíamos a comer juntos. Compañero de pesca, íbamos a ver sus caballos en Guachipas donde todo quedó en la nada porque no tengo ganas de seguir, sin él no tengo las mismas fuerzas. A veces le pido a Dios que me lleve con mi hijo, lo extraño demasiado», recordó.