Los actores secundarios acusados no pueden resolver el crimen. El juicio arrancará el lunes 3 de mayo.
Ocurrió el 27 de enero de 2017 en una casa del barrio San Nicolás, en Vaqueros. Según la autopsia, Jimena Salas, de 44 años, madre de dos niñas, recibió 40 puñaladas, varias en el cuello y tórax. Para consumar el hecho utilizaron dos armas blancas.
El cuerpo de la víctima yacía en la cocina-comedor cuando lo encontró su esposo Nicolás Cajal Gauffin. Según investigaciones, Sergio Horacio Vargas se habría encargado de marcar la casa, ubicada en calle Las Virginias, y hacer de «campana». Una segunda persona tenía en su poder un perro, que supuestamente se había perdido, y buscaba a alguien que ayudara a encontrar a su dueño.
Para los fiscales, ambas acciones fueron parte de una estrategia, con gran logística, en pos de perpetrar un robo o el crimen. La hipótesis fiscal hecha pública a través de nuestro periódico dice sobre los criminales: «ingresaron a buscar dinero o sustancias estupefacientes que había en un lugar muy preciso de la casa. La evidencia científica determinó eso con certeza.
Lo que no podemos determinar es si se trató de un hecho por encargo en el sentido de que puedan haber buscado su recompensa en ese lugar o si la intención fue la de sustraer esos elementos, tanto dinero como sustancias, y en ese contexto se haya producido el homicidio«.
El juicio comenzará el lunes próximo y se desarrollará hasta el 21 de mayo. A partir de las 8, en el Salón de Grandes Juicios se darán cita al menos un centenar de personas en calidad de testigos.