El reality de pastelería, que se emite los domingos por la noche en Telefe, es la única producción nacional que lidera el rating de la pandemia. Para el cocinero francés y jurado Christophe Krywonis, el fenómeno se debe a «la histórica nobleza que tiene el hecho de cocinar».
«El programa es excelente, bien hecho, con participantes que saben y se la juegan a fondo en una competencia con dignidad, sin golpes sucios: con cocina, pastelería y amor por la pastelería«, dijo a Christophe que en cuarentena, además, comparte recetas en YouTube e Instagram.
«El éxito de la gastronomía se debe a que hay mucha nobleza en cocinar, es una forma muy digna de ganarse la vida, los libros más vendidos históricamente son los de recetas», resaltó Christophe, francés que vive desde hace 31 años en Argentina donde «El libro de Doña Petrona» comparte el pedestal de los más vendidos junto al «Martín Fierro» y La Biblia.
Un bálsamo en medio del Covid
Mientras en el mundo real las noticias oscilan entre números de infectados de Covid-19, muertes, extensiones de cuarentena, cifras económicas en rojo y estallidos sociales, cada domingo a las 22.30 el drone que muestra una inmensa carpa blanca en un campo verde de algún rincón de la Provincia de Buenos Aires con 14 puestos de cocina dentro, se impone como un bálsamo en la pantalla.
Grabado en 2019, quienes formaron parte de esta segunda temporada del «reality» de formato británico pero factura argentina (producido por Turner) conducido por Paula Chávez, jamás imaginaron que la idea de pasteleros ayudándose entre sí sin barbijos ni distanciamiento social, de abrazos y manos en la masa sin alcohol en gel podrían resultar anhelos lejano por parte de los espectadores (y de ellos mismos) un año después.