La ministra de Salud de la Nación Carla Vizzotti, encabezó la delegación que llegó a La Paz. El Presidente destacó en las redes sociales que la «inmunidad debe ser global» para vencer la pandemia.
«En nombre del pueblo boliviano, quiero agradecer a la hermana República Argentina, por el compromiso con la salud latinoamericana». Las palabras del ministro de Salud y Deportes boliviano, Jeyson Ausa Pinto, marcaron el espíritu con el que fue recibida la nutrida comitiva argentina que, en un vuelo que fue y vino en el mismo día, signado por intensidades de todo tipo, llevó un millón de vacunas que Argentina donó a Bolivia. Se trata de la donación más grande de este tipo entre países de Sudamérica; también la más grande en volumen que ha hecho Argentina.
«Para nosotros este vuelo es un momento muy especial, es uno de los grandes momentos desde que empezó la pandemia. Llegamos en un vuelo que une, a la luz del día, con total orgullo de lo que estamos haciendo». Las primeras palabras de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, llegaron en el mismo aeropuerto de El Alto, donde apenas arribada la comitiva, ayer al mediodía, se realizó la firma oficial de entrega de vacunas, calificada como «un momento histórico». La jornada se extendió en el almuerzo en la residencia del embajador, Ariel Basteiro, y siguió luego con un encuentro de la ministra, el embajador y la titular de Cascos Blancos, Sabina Frederic, con el presidente boliviano, Luis Arce, además de varias reuniones bilaterales y una por la que Vizzotti mostró especial interés: el encuentro del Programa Ampliado de Vacunación (PAI) boliviano, con los operadores de los diversos departamentos que ayer se reunieron en La Paz.
Las vacunas se transportaron en seis pallets de grandes dimensiones, cargados en uno de los tres aviones Hércules que tiene la fuerza aérea argentina en uso actualmente (los mismos con los que se realizaron, por ejemplo, repatriaciones de argentinos varados en el exterior durante la pandemia, y que se utilizan habitualmente para simulacros y entrenamientos de distinto tipo de la Fuerza Aérea). Se trata de vacunas AstraZéneca realizadas con el componente fabricado en Argentina, y envasadas en México y Estados Unidos.
Además de la comitiva oficial y una gran cantidad de periodistas, en el avión viajaron oficiales de la Fuerza Aérea, pilotos, de logística y carga, médicos que se sumaron a las reuniones de intercambio de experiencias en suelo boliviano. La firma del documento de recepción de vacunas, calificada como «un momento histórico» se realizó en el mismo aeropuerto. «Este es un gesto de pueblos hermanos que sentimos en el corazón. Otros países que se dicen desarrollados no hacen esto», destacó el ministro de Relaciones Exteriores boliviano, Rogelio Mayta Mayta. «Es significativo que esta vacuna Astra Zeneca, si bien tiene patente europea, tiene manufactura sudamericana, argentina. Ponemos el acento allí porque hoy uno de nuestros desafíos como latinoamericanos es consolidar el desarrollo de vacunas», agregó Basteiro.
Frederic volvió sobre el contraste de ambos viajes del Hércules: «En vez de llegar escondidos en la noche, hoy llegamos orgullosamente a la luz del día. En vez de traer muerte y represión, estamos trayendo vida y esperanza. Y no estamos dando lo que nos sobra, estamos dando lo que tenemos. Queda demostrado que la inmunización de países hermanos, con tanta frontera común, tiene que ser integral», expresó.
«Esta crisis sanitaria nos ha enseñado que la solidaridad es el único camino: si hay un país que no está solucionando el problema de la pandemia, todos estamos estancados en esa situación», coincidieron los funcionarios.
Argentina ya dono casi 3.3 millones de vacunas, sobre todo a Asia y Africa, también a países del Caribe. El de Bolivia ha sido el mayor cargamento de donaciones, y la ministra Vizzotti confirmó que se han ofrecido donaciones a otros países de la región, y que se está trabajando en la coordinación de esas donaciones.