La denunciante es una adolescente de 17 años que tiene custodia policial permanente y el imputado es funcionario público.
Una adolescente, que actualmente tiene 17 años, denunció a un hombre por abusos sexuales reiterados y, desde entonces, ella y su madre viven prácticamente privadas de su libertad por las amenazas e intimidaciones que reciben. El acusado está a punto de ir a juicio.
La madre denunció ayer que, desde que la causa por abuso sexual en contra de su hija se elevó a juicio, las amenazas recrudecieron y que sus vidas están en manos de custodias policiales que las deben proteger durante las 24 horas.
«Agradezco a la Justicia el habernos dado protección, por una parte, pero no podemos vivir de esta manera, encerradas, temiendo siempre un atentado», aseguró la madre.
La mujer se quejó porque ella y su hija deben vivir bajo custodia, mientras el imputado se pasea por las calles y hace su vida normal, sostiene que solo quiere que se expidan los jueces, que se aclaren las cosas y que el hombre pague por sus delitos. También dijo que hace ya dos años que están revictimizando a su hija y que necesitan que la situación se resuelva.
La causa judicial se inició por la denuncia de docentes de una ciudad del sur provincial, donde estudiaba la adolescente en 2018. La víctima relató en la escuela lo que le había sucedido.
En el año 2018 se produjeron los abusos que relata la adolescente, que señala que esos fueron los días más difíciles y tristes de su vida.
Luego hubo ampliaciones de la primera denuncia, en base a información que aportó la mamá de la adolescente.
La madre relató que el calvario de su hija comenzó hace cerca de dos años, cuando el funcionario abusó sexualmente de la adolescente.
La causa ya está elevada a juicio, aunque hay otras denuncias contra el mismo hombre que se están investigando y que fueron realizadas por la madre de la adolescente y también por su padre.
La mujer explica que, con el correr del tiempo, la hija fue relatando detalles de sucesivos ataques sexuales a los que fue sometida desde 2018 por parte del mismo hombre.
En la fiscalía, la adolescente señaló al acusado y relató reiterados hechos de violencia y abuso sexual. En una de las denuncias se hace referencia al poder que tenía el funcionario y por el cual confiaba en que no avanzarían las acusaciones en su contra.
La madre presentó también como pruebas los mensajes de texto amenazantes que recibía la adolescente por parte del acusado. En estos textos le exigía guardar silencio para seguir con vida.
Por estos hechos la joven tuvo un retroceso en su rendimiento académico y problemas emocionales. Su madre detalló, sin embargo, que está logrando recuperarse y que es una buena alumna en el colegio.
La víctima y su madre aseguran que en ese lugar del sur de la provincia existe «una mafia» y que el abusador cuenta con el apoyo de otras personas. También solicitan que el imputado pague por el daño que hizo.
Pruebas fotográficas
El caso aún no se resolvió pero está listo para ir a juicio. En el expediente existen algunas pruebas fotográficas del día en que se produjo uno de los ataques. Las imágenes dan cuenta de las lesiones en el cuerpo de la víctima y cortes en su uniforme del colegio, que se podrían haber hecho con una trincheta.
La madre de la adolescente consideró sin embargo que la Justicia del distrito sur tomó medidas cautelares adecuadas para proteger a su hija de su victimario. Por haber denunciado a su violador, la adolescente también fue víctima de bullying y persecución. La madre espera que haya una resolución pronta y definitiva para que su hija pueda superar este tortuoso capítulo.
La madre asegura que tienen innumerables capturas de pantalla en las que se pueden leer las recurrentes amenazas que reciben. Todas tienen como destinatarios a la familia de la víctima.
«No queremos vivir así, eternamente con un policía en nuestro domicilio. Queremos que se investigue quiénes están detrás de estas amenazas además del acusado», expresó.
«Nosotras no iniciamos este escándalo. El paso del tiempo fue demostrando todo, y cuando tomó estado publico pretenden callarnos con amenazas», acotó.
«Nosotras esperamos que haya una investigación a fondo y que sea lo que tiene que ser, confiamos en la Justicia», dijo la mamá.
Cautelares
En el año 2018 se produjeron los abusos que relata la adolescente, que señala que esos fueron los días más difíciles y tristes de su vida.
A partir de las primeras denuncias ya hubo solicitudes de medidas cautelares, porque aparecieron desde entonces las amenazas. Pero a partir de 2020, con el avance de la causa las amenazas empezaron a subir cada vez más de tono.
Hace un mes que la madre e hija viven con un policía adentro de su domicilio por la gravedad de los mensajes que recibieron en el último tiempo.
Las medidas cautelares del juez de Garantías son correctas y acertadas, según destacaron la madre y la víctima. Sin embargo, necesitan un cierre definitivo para esta oscura historia.