Vicente Solá: un grupo que se encontraba oculto en vehículos estacionados rodeó el móvil, lanzando piedras y botellas para agredir a los policías, a quienes insultaban y amenazaban.
El fiscal penal 2, Ramiro Ramos Ossorio, imputó a trece personas, incluyendo a hombres de 19, 20, 22, 23, 25, 28, 31, 32 y 36 años, y una mujer de 43 años, por atentado a la autoridad agravado, daños calificados y amenazas, todos agravados por la participación de un menor. Además, un hombre de 24 años fue imputado por atentado a la autoridad agravado, daños calificados y amenazas con arma, agravados por la intervención de un menor y en concurso real, y una mujer de 23 años fue imputada por los mismos delitos, también agravados y en concurso real. Finalmente, el fiscal imputó a un menor de 17 años por atentado a la autoridad agravado y daños calificados en concurso real.
La investigación de la Fiscalía inició con un informe policial de la Comisaría 3 de barrio Tres Cerritos, en el cual se notificó que el 30 de octubre efectivos fueron enviados a la calle Juan Moro de López al 500 para atender disturbios en la vía pública, donde personas consumían alcohol y sustancias prohibidas.
Al llegar al lugar, la patrulla se detuvo en la esquina de Zuviría y Juana Moro de López por un semáforo en rojo. De repente, un grupo que se encontraba oculto en vehículos estacionados rodeó el móvil, lanzando piedras y botellas para agredir a los policías, a quienes insultaban y amenazaban. Uno de los atacantes, conocido en el ámbito delictivo, se colocó frente al móvil blandiendo un cuchillo con el cual amenazó con matar a los policías y dañó el vehículo en el costado.
Ante la agresión y superioridad numérica de los atacantes, los efectivos solicitaron refuerzos, a los cuales se sumaron tres móviles policiales y una patrulla motorizada. Pese a ello, el grupo continuó hostigando y lanzando objetos, además de proferir amenazas de muerte. Cinco personas fueron detenidas en el lugar, mientras el resto del grupo se refugió en una vivienda desde la cual siguieron amenazando a los efectivos.
Uno de los detenidos llevaba un cuchillo tipo sierrita, que utilizó para dañar el móvil policial, provocando abolladuras y rasguños en la chapa. Más tarde, al llegar más refuerzos, se observaron un colchón en llamas y basura en la calzada, mientras se arrojaban objetos contundentes desde el interior de la vivienda en Juana Moro de López 546. Una mujer en el exterior incitaba a la violencia e insultaba a los policías, siendo señalada por vecinos como la principal instigadora.
Finalmente, bajo la orden del fiscal Ramos Ossorio, se procedió a detener a los restantes implicados, incluyendo a la mujer que lideraba los disturbios, quien intentó resistirse golpeándose el abdomen y alegando estar embarazada, advirtiendo que denunciaría a la policía por agresión. En la comisaría, manifestó sentirse descompuesta y se solicitó la asistencia de una ambulancia. El SAMEC diagnosticó traumatismo abdominal y fue trasladada al Hospital Materno Infantil para una ecografía, sin indicios de embarazo. Posteriormente, en la Comisaría Tercera, rompió una ventana de vidrio en el área de cocina en un episodio de euforia.