Con medidas de higiene, recorridos acotados, propuestas alternativas al aire libre, reservas de turnos y horarios limitados, los museos de todo el país comenzaron a abrir sus puertas para volver a ofrecer la experiencia artística presencial bajo protocolo.
El Museo de Arte Moderno, el Bellas Artes, el Malba, la Fundación Proa, el Museo de la Inmigración y la Fundación Andreani son algunos de los espacios que, después de ausencia material por la pandemia, están listos para volver a recibir público en la ciudad de Buenos Aires.
El resto de los museos nacionales reabrirán cuando acondicionen su infraestructura a las pautas que diseñó el gobierno nacional y, en forma paralela, desde la Dirección Nacional de Museos lanzaron «Museos abiertos al cielo», un programa de actividades gratuitas para promover la función recreativa con propuestas presenciales pero en espacios abiertos.
Con la inauguración de una muestra del artista Nicanor Aráoz curada por Lucrecia Palacios, el Museo de Arte Moderno reabrió ayer.
Los primeros visitantes pautaron su visita de forma on line, se presentaron con tapabocas y, al momento de ingresar, se les tomó la temperatura corporal que no puede superar los 37,5. Una vez en la sala, la señalización pide respetar los dos metros de distanciamiento. Las plantas del museo se pueden recorrer usando las escaleras y los ascensores quedaron limitados a las personas que los necesiten.
«Trabajamos junto Nicanor Aráoz, con su exposición individual, Elián Chali, que intervendrá la Avenida San Juan y la fachada del Museo, Diana Aisenberg y Cotelito que trabajaron sobre obras ambiciosas para los espacios de circulación del Museo, y Verónica Meloni que realizará un homenaje a los trabajadores esenciales en la vía pública. Es una nueva etapa en la cual concebimos un espectador más atento y perceptivo al contexto, más sensible a las propuestas artísticas, más ávido del encuentro con el arte y sus manifestaciones energizantes«, cuenta Victoria Noorthoorn, directora del Museo.
El Museo Nacional de Bellas Artes, un espacio icónico de la ciudad, reabrió sus puertas ayer y, con reserva previa, se podrá volver a recorrer las salas de la colección permanente ubicadas en la planta baja y así reencontrarse con las obras de arte argentino del siglo XIX, arte europeo de los siglos XVI al XIX, y las colecciones Guerrico y Hirsch, parte del acervo permanente.
Pueden recibir público con aforo de una persona cada 1 metro cuadrado, con tapabocas, bajo la modalidad de reserva previa y de lunes a domingos entre las 10 y las 20. Además, se diseñarán circuitos de recorrido en sentido único para impedir acercamientos imprevistos y algunas salas diseñan aplicaciones para reemplazar la folletería de los catálogos.
«Estamos muy emocionados con la reapertura porque sentimos que la cultura ha sido uno de los sectores más golpeados. En los últimos días, trabajamos contrarreloj para adaptarnos y vamos a hacer una reapertura con cautela y escalonada«, cuenta Gabriela Rangel, la directora artística del Malba, que reabrirá el próximo jueves y que durante una semana será gratuito.
A través de la web, estará disponible un cupo de 60 entradas por hora para respetar el aforo reducido.
Para Adriana Rosenberg, la directora de Fundación PROA, los museos tienen una trayectoria en las lógicas del cuidado: de las obras, pero también de los niños y de las personas con movilidad reducida o con discapacidades.
«Las distancias, las advertencias sobre no tocar y el diseño de recorridos son cosas naturales para los que habitamos los museos. Tenemos mucha experiencia y por eso creo que las reaperturas van a funcionar», explica Rosenberg.
PROA ya habilitó su terraza con confitería y la librería, y el sábado 14 abrirá las salas.
Fundación Andreani trabaja en detalles arquitectónicos y planea abrir a fines de noviembre con dos muestras, una de Gian Paolo Minelli y otra de Mariano Sigman y Mariano Sardón.
El Museo de la Inmigración, dependiente de la Universidad Tres de Febrero, reabre sus puertas hoy y su directora Diana Wechsler explica que «es una enorme responsabilidad y un desafío llevar el protocolo a la práctica, pero además es una responsabilidad compartida entre el museo y el visitante».
Gran parte de las salas del espacio tenían una propuesta experimental y exploratoria que será reemplazada con una aplicación.
Tanto el Bellas Artes como el Museo Histórico van a dar prioridad en su reaperturas a las obras de Cándido López y el patrimonio del Siglo XIX será repensado por artistas contemporáneas como Azul Blaseotto, Romina Orazi y por María Laura Amdán. Las propuestas fueron parte de las 60 becas ganadoras en el proyecto de investigación para museos Activar Patrimonio.
«De cara al futuro tendremos que debatir qué tipo de museo queremos ser. Nos interesa dedicarnos a los niños, que durante meses perdieron sus espacios de juego y socialización y apuntalar el turismo, la actividad económica que articula a nuestra comunidad«, cuenta Juan Muñoz, director del Museo de Pintura «José A. Terry», ubicado en la ciudad de Tilcara.
Todos los fines de semana y como parte del programa «Museos abiertos al cielo», la institución convoca a niños y adolescentes a ser parte de shows de títeres, talleres y encuentros de hip hop en la plaza lindera al museo.
«La pandemia transformó a la cultura y generó un nuevo pacto. Entendimos como nunca qué necesaria es. Ahora tenemos que estar a la altura para que esa apertura y convocatoria se sostenga», propone Muñoz desde Jujuy.