Los índices de pobreza y la falta de financiamiento a los municipios muestran un escenario que inquieta de cara al futuro.
A casi un año y dos meses de su llegada al gobierno de la provincia, la Salta de Gustavo Sáenz arroja un escenario social alarmante, con crecimiento de la pobreza y falta de financiación a los municipios. Un escenario alarmante de cara al futuro.
Según el INDEC, el 45,5% de los salteños es pobre y el 11,4% vive en la indigencia. Salta es la tercera jurisdicción con mayores carencias en el país.
Mientras tanto, en el los municipios la situación no es mejor. La apuesta a centralizar el manejo de los fondos desde el Ejecutivo Provincial, desfinanciando las cajas que antes administraban los intendentes, se volvió una maniobra perjudicial para todos.
La ayuda que no llega a los mas necesitados, las internas políticas que en el gabinete heterogéneo de Sáenz ponen obstáculos, los fondos enviados desde Nación que no siempre se rinden de manera satisfactoria, son sólo algunas de las fallas de una administración que apostó por el control y por ahora navega sin un rumbo sólido.
A esas falencias hay que sumarles los problemas estructurales, tragedias históricas, como las muertes por desnutrición, el aumento de la pobreza y la mayor informalidad y precariedad en los trabajadores.
No son pocos los que ven una Salta que avanza hacia una situación aún más apremiante para sus habitantes mientras que la gestión provincial permite aumentos de servicios, como el de la luz. «Con una sociedad golpeada económicamente, con un Servicio totalmente deficiente. El aumento de los servicios de Energía eléctrica, es una estafa», aseguró la semana pasada el diputado provincial Jesús Ramón Villa.
No será el único aumento: esta semana se supo que la suba del precio del boleto de colectivo es inminente. Será otro golpe más.