Río de Janeiro se quedará en 2021 sin su famoso Carnaval por primera vez en la historia debido a que la pandemia por la covid-19 atrasó la organización del evento y la municipalidad admitió ayer que no tiene tiempo suficiente para ponerlo en marcha en julio, como estaba previsto.
Debido a la pandemia, las escuelas de samba, principales protagonistas de la fiesta, habían decidido aplazar el Carnaval de este año desde febrero hasta julio, condicionándolo a la existencia de una vacuna y al avance en la campaña de inmunización, pero la alcaldía de esta ciudad brasileña anunció su cancelación definitiva.
Se trata de la primera vez que el evento es cancelado desde que Río organizó su primer baile oficial de Carnaval en 1840.
Solamente dos veces la fiesta fue aplazada (1892 y 1912) pero nunca fue cancelada, ni cuando el país enfrentó la pandemia de la gripe española (1919) ni cuando el Gobierno lo propuso durante las dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945).
A pesar que Brasil, uno de los países más castigados por la covid-19 en el mundo, vive una segunda ola de la pandemia y enfrenta números récords de casos, la alcaldía de Río aclaró que canceló el evento festivo más importante de Brasil y uno de los más famosos en el mundo por razones logísticas y no sanitarias.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, afirmó que, en 2022, cuando «seguramente estarán debidamente vacunados» contra la covid tanto los protagonistas del Carnaval como los turistas que lleguen a la ciudad para vivir la fiesta, «celebraremos la vida y nuestra cultura con toda la intensidad que merecemos».
El Carnaval de Río sólo había sido aplazado en dos oportunidades en toda su historia: en 1892, cuando las autoridades alegaron que era más saludable realizarlo en junio, y en 1912, cuando la muerte del popular barón de Río Branco provocó conmoción nacional y una semana de duelo nacional.
Las crónicas recuerdan como uno de los carnavales más animados de Río el de 1919, cuando los cariocas, tras meses resguardados, inundaron las calles para intentar olvidar las 15.000 muertes que la gripe española dejó en la ciudad en los últimos meses de 1918.
El Carnaval de febrero del año pasado atrajo a 2,1 millones de visitantes, de ellos 483.000 extranjeros, que dejaron ingresos por 900 millones de dólares y confirmaron a la ciudad como principal destino turístico de Brasil.