El fiscal general Eduardo Villalba presentó su alegato en el juicio por el crimen de Darío Monges, en su intervención, solicitó que Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago y David, sean considerados coautores responsables del homicidio agravado de Monges.
En la audiencia de ayer, el fiscal general Eduardo Villalba presentó su alegato en el juicio por el crimen de Darío Monges, encontrado sin vida el 3 de septiembre de 2022, en su camioneta Ford EcoSport blanca. En su intervención, solicitó que Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago y David, sean considerados coautores responsables del homicidio agravado de Monges.
Villalba afirmó que el asesinato fue premeditado, producto de un «concierto delictivo» entre los acusados, con un trasfondo vinculado al microtráfico de drogas. Según el fiscal, el crimen ocurrió entre las 21 horas del 1 de septiembre y la 1 de la madrugada del día siguiente. También señaló que «los acusados intentaron borrar pruebas clave, como información contenida en sus teléfonos celulares». Durante el juicio hubo polémica por las pericias de los celulares, ya que se expuso que pudieron ser vulnerados.
Villalba dijo que Monges fue asesinado de cinco disparos en la cabeza mientras permanecía atado con el cinturón de seguridad dentro de su camioneta Ford EcoSport. El fiscal describió la situación como una emboscada, donde la víctima estaba en un estado de indefensión absoluta. «El crimen fue cometido con alevosía, asegurándose de que no hubiera posibilidad de resistencia», subrayó.
El fiscal sostuvo que se encontraron rastros genéticos de David Bejarano en el volante y en la palanca de cambios y defendió las pruebas odoríficas de la Policía de Salta.
Afirmó que los imputados apagaron sus celulares la noche del 1 de septiembre de 2022, un comportamiento que Villalba calificó como incriminatorio.
Villalba describió a Monges como una persona de gran fortaleza física y habilidades en artes marciales, lo que habría llevado a los acusados a asegurarse de eliminar cualquier resistencia.
El fiscal concluyó solicitando al tribunal que condene a los imputados por homicidio agravado, respaldando su pedido con una base probatoria que incluye «análisis genéticos, reconstrucción de los hechos y testimonios». En su alegato, criticó «los intentos de la defensa de desviar la atención hacia hipótesis alternativas sin sustento».
«El asesinato de Darío Monges fue un acto premeditado, con alevosía y profundamente enraizado en un contexto de narcotráfico. Las pruebas son contundentes y la justicia debe condenar a los responsables», finalizó Villalba.