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Sociedad

Inédito. Las tres paradojas del consumo en cuarentena

Los supermercados tuvieron un récord de ventas el domingo 15 de marzo


Ni 2001 ni 1989. L os parámetros que tienen los argentinos para evaluar las crisis no sirven para entender lo que está pasando con la economía y mucho con el consumo en el medio de una inédita cuarentena y un cese de gran parte de la actividad comercial. En este escenario desconocido, los analistas de consumo prefieren hablar de una altísima volatilidad y cambios abruptos en la tendencia que hacen casi imposible cualquier proyección.

A continuación, algunos de los efectos más inesperados de lo que pasó en las góndolas en las últimas semanas.Ads by 

En las dos primeras semanas de marzo las ventas de los productos de la canasta básica en los supermercados registraron un incremento interanual (es decir, frente a los dos primeras semanas de marzo de 2019) del 51% en unidades, según la medición que realiza la consultora Nielsen. En la firma directamente no tienen antecedentes de un salto tan grande. «Esto es algo que nunca los vimos», reconocen. Igualmente, esta suba tiene dos atenuantes que no son menores.

El primero es que gran parte del incremento (o, directamente, la totalidad) se explica por el efecto pánico que se vivió en las góndolas. El segundo es que el incremento no fue parejo en todos los canales y los supermercados se vieron beneficiados por un flujo de clientes que se volcó a las grandes superficies en detrimento de los comercios de cercanía.

«Claramente lo que vimos en las últimas semanas fue un adelantamiento en las ventas y la gente volcándose a los supermercados no solo por una cuestión de precios y ofertas sino por la posibilidad de surtido que ofrecen las grandes cadenas», señaló a LA NACION Javier González, director de Retail Services de Nielsen Argentina.

La segunda paradoja del efecto coronavirus es que tan rápido como se disparó la demanda, se desinfló. En las cadenas de supermercados admiten que las ventas a partir del lunes entraron en una meseta muy marcada e incluso para varias cadenas las proyecciones están por debajo de los niveles que manejaban para esta época del año cuando el mundo era normal (es decir hace apenas tres semanas).

Esta altísima volatilidad de ventas récord en una semana y caída abrupta a la otra se explica tanto por un efecto stockeo (es decir, la gente que compró de más para anticiparse a la cuarentena) como por las propias restricciones que implementaron las cadenas a pedido del gobierno, como el límite de clientes dentro del salón de ventas o la distancia social entre persona y persona.

El dato positivo es que el freno de la demanda alejó el miedo que tenían muchas cadenas en materia de abastecimiento . Más allá de que el discurso oficial siempre fue que no había razones para temer un escenario de góndolas vacías, la realidad es que en voz baja los ejecutivos del sector admitían que no iban a poder sostener un ritmo tan grande de demanda si la situación se extendía durante dos o tres semanas más.

El tercer factor inesperado es el cambio violento de ganadores y perdedores entre los canales. Desde la semana previa a la implementación de la cuarentena, los supermercados se vieron desbordados de clientes, en una escenario que prácticamente no tenía antecedentes. El dato es que el domingo 15 de marzo las ventas superaron largamente a la jornada más esperada por los supermercadistas que es el sábado anterior a la Navidad.

Pero así como las grandes cadenas fueron las claras ganadores de la primera quincena de marzo, el panorama empezó a cambiar a partir del último lunes. «Todavía no tenemos los últimos datos procesados pero estamos viendo un regreso de los consumidores a las tiendas de cercanía, que hoy es el canal que está creciendo más», explican en Nielsen.

El consuelo ante un escenario tan incierto e imprevisible es que el panorama en las góndolas argentinas se repite, con pocas variaciones, en el resto de la región. «En Nielsen estamos monitoreando lo que pasa en otros países y lo mismo que pasa acá en materia de crecimiento de las venta y cambios de la demanda se ve en Perú, Colombia o Chile», explicó

Fuente: La Nación

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