Los hermanos Bautista de 9 años y su hermana Mía de 11, junto a su padre Martín Aceña, realizaron este hallazgo paleontológico el pasado miércoles en los acantilados costeros de la playa San Carlos.
Dos niños de 9 y 11 años encontraron los restos de un armadillo terrestre gigante de 5 millones de años de antigüedad en la playa San Carlos de Mar del Plata, informó hoy el equipo del Laboratorio de Paleontología del Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia, que participó del rescate.
Se trata de un Gliptodonte (pertenecientes a la especie Plohophorus figuratus), un armadillo terrestre gigante.
Los hermanos Bautista de 9 años y su hermana Mía de 11, junto a su padre Martín Aceña, realizaron este hallazgo paleontológico el pasado miércoles en los acantilados costeros de la playa San Carlos.
De inmediato dieron aviso al Museo, por lo que el personal dio inicio a los trabajos de rescate -junto a estudiantes de la Tecnicatura Superior en Paleontología de Miramar– tras los cuales se encontró parte de la cola del ejemplar.
Además, entre las piezas recuperadas hay un tubo caudal, vértebras, anillos caudales y algunas placas del caparazón dorsal.
Los paleontólogos del Museo Scaglia informaron que los tubos caudales de estos acorazados prehistóricos “se encuentran entre las piezas más bellas de los gliptodontes, que pueden mostrar distintos patrones ornamentales (como animal print), que para el caso de Plohophorus, destacan las rosetas compuestas por figuras grandes bien redondeadas rodeadas de figuras más pequeñas poligonales”.
Además, consignaron que “estos anillos permitían a los gliptodontes darle movilidad a su cola, y así manipular su mazo medieval para defenderse”.
Es la primera vez que se suman a la colección de Paleontología del Museo Scaglia restos de los anillos caudales de esta especie de Gliptodonte.
«Generalmente la comunidad cree que los hallazgos contemplan encontrar la estructura completa del esqueleto del ejemplar, cuando en realidad se trata de partes o secciones del mismo”, indicaron y añadieron que «encontrar un esqueleto completo de cualquier animal es sumamente improbable y por lo general entre uno y otro hallazgo vamos completando un rompecabezas”.
Los trabajos de rescate se realizaron en condiciones extremas que generó la pleamar, con acantilados por encima de los 25 metros de altura que en su base poseen una pequeña plataforma de abrasión, donde el equipo de paleontología del Museo hizo base para trabajar.