El actual embajador en Brasil sostuvo que le interesa que hable la ex gobernadora dado que ella «conoce muy bien a Guillermo Berra», el ex titular de esa oficina policial durante la gestión de Cambiemos. Y agregó: «Me enteré ayer de que me espiaban. Me generó shock, son cosas que me dan asco».
El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, pidió que la ex mandataria provincial María Eugenia Vidal haga declaraciones sobre el espionaje ilegal del que fue víctima realizado por Asuntos Internos de la policía bonaerense. «Me gustaría conocer la opinión de la gobernadora con respecto a esto ya que conoce muy bien a este señor Berra», dijo en relación con Guillermo Berra, el ex titular de esa oficina policial durante la gestión de Cambiemos.
Ayer se supo que el actual embajador de Brasil había sido investigado de manera ilegal por Asuntos Internos de la Bonaerense. En diálogo con Radio 10, el ex gobernador contó que «en uno de los allanamientos» realizados a las oficinas de esa dependencia «se accede a discos donde estaban todas las operaciones e información recolectadas ilegalmente en cuanto a mi gestión de gobierno, en cuanto a mis amistades. Me enteré ayer, me generó shock, son cosas que me dan asco».
Scioli se sumó así a una lista de nombres de funcionarios, intendentes y hasta miembros de la Corte Suprema bonaerense que fueron espiados por la red de espionaje montada desde la agencia de inteligencia nacional, al mando durante el gobierno de Mauricio Macri de Gustavo Arribas.
Investigaciones previas señalaron a Berra, quien durante la gestión de Vidal era titular de Asuntos Internos, como el principal acusado de espiar a intendentes, fiscales, empresarios y militantes.
Para el ex candidato a presidente por el Frente para la Victoria, la red de espionaje macrista que se revela a diario «da asco». «Me asombra cómo se está desenmascarando un accionar en la provincia de Buenos Aires que no era ajeno» a lo que pasaba a nivel nacional. Las investigaciones ilegales sobre su persona apuntaban a «desacreditarme y destruirme políticamente», señaló, como parte de «la obsesión» contra su gestión.