Desde que los talibanes volvieron al poder en agosto, tras dos años de intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos, la crisis económica causa honda preocupación.
La aguda crisis económica que atraviesa Afganistán luego del arribo de los talibanes al poder «amenaza con aumentar el riesgo de extremismo«, fueron las palabras ante el Consejo de Seguridad por parte de la enviada de la ONU a este país, Deborah Lyons. «El continuo deterioro de la economía formal dará un impulso a la economía informal, incluidas las drogas ilícitas, los flujos de armas y el tráfico de personas«, agregó.
«La actual parálisis del sector bancario empujará al sistema financiero hacia intercambios monetarios informales no regulados, que sólo pueden ayudar a facilitar el terrorismo, el narcotráfico y el contrabando. Estas patologías afectarán primero a Afganistán pero luego infectarán la región«, continuó expresando la funcionaria.
Los talibanes, volvieron al poder en agosto tras dos años de intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos, pero hasta ahora no han podido detener el desarrollo del grupo yihadista Estado Islámico (EI), señaló igualmente la alta funcionaria de la ONU.
«Limitado anteriormente a algunas pocas provincias y a Kabul, el EI parece ahora estar presente en casi todas las provincias y cada vez más activo. El número de sus ataques aumentó considerablemente entre el año pasado y este año«, remarcó. Se estima que 23 millones de personas podrían encontrarse en una situación de inseguridad alimentaria ante la llegada del invierno.
En una carta enviada al Congreso de Estados Unidos, el gobierno talibán pidió a Washington que libere los activos del Banco Central afgano congelados desde agosto, que representan cerca de 9.500 millones de dólares. Pero Occidente ha pedido a Kabul acciones concretas a favor de un gobierno inclusivo y el respeto de los derechos humanos, especialmente de mujeres y niñas, para suavizar sus sanciones económicas.
«Las sanciones financieras impuestas a Afganistán han paralizado el sistema bancario, afectando todos los aspectos de la economía«, dijo la representante de la ONU, instando a la comunidad internacional a encontrar urgentemente una forma de financiar al personal sanitario, los programas alimentarios y los docentes que garanticen el acceso a la educación de las niñas.
Al finalizar la sesión, el embajador afgano ante la ONU, Ghulam M. Isaczai, designado por el gobierno derrocado en agosto y aún en el cargo a falta de reconocimiento internacional del nuevo poder talibán, multiplicó las críticas respecto estos últimos. «Los talibanes no han cumplido sus promesas y compromisos con los afganos y la comunidad internacional para aliviar el impacto» de la crisis actual «y el sufrimiento del pueblo afgano«, agregó.