El sacerdote Rubén Agustín Rosa Torino, se encuentra acusado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido.
En la Sala IV del Tribunal de Juicio comenzará este mes la audiencia de debate que se sigue en la causa contra el sacerdote Rubén Agustín Rosa Torino. Está prevista para el 25, 28, 29 y 30 de junio y el 1, 2, 5, 6, 7 y 8 de julio de 2021. El tribunal colegiado estará presidido por el juez Maximiliano Troyano.
Rosa Torino se encuentra acusado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de un persona identificada con las siglas FFG y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de otra víctima identificada como AEA.
El pedido de elevación a juicio de la causa contra el religioso acusado de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración, agravado por ser el autor ministro de culto reconocido en perjuicio de dos víctimas, fue dirigido a la jueza de Garantías 1, el viernes 5 de julio de 2019. También hubo un pedido por abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto reconocido, en perjuicio una tercera víctima.
Las pruebas
El requerimiento a juicio, elevado en junio del año pasado, detalla, entre otros puntos, que “de los diversos elementos de cargo que han sido reunidos en el curso de la investigación, particularmente las declaraciones testimoniales no solo de víctimas de los atroces actos de abuso consumados por el acusado, sino también de testigos presenciales de los hechos, surge con claridad meridiana que el imputado Rosa Torino, valiéndose de su condición de “fundador y director” del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, “guía espiritual” de la comunidad religiosa y aprovechando tal condición, desplegó conductas deshonestas en claro menoscabo de la libertad sexual de las víctimas”.
El requerimiento estableció también que dichas conductas, afectaron la dignidad humana de las víctimas, “al producir sufrimientos y humillaciones tanto por la intensidad de su duración como por la repetición de tales conductas vejatorias que dejaron huellas indelebles en sus psiquis”.
Agrega el pedido elevado por las fiscales de UDIS y avalado a través de la firma del Procurador General de la Provincia que de la causa “surge el temor fundado que todas y cada una de las víctimas sufrieron hasta poder llegar a denunciarlo, pues, tal como lo manifestaron, jamás podrían expresar tales situaciones, porque inmediatamente eran humillados en público, o gritados o insultados”.
El requerimiento precisa que, tanto es así “que el acusado se aprovechó de la manifiesta superioridad sobre las víctimas para hacerlas objeto de actos de inequívoco contenido sexual, con tocamientos en sus partes genitales en los casos de los denunciantes varones y mediante el tocamiento en la cola y en el pecho a la víctima mujer; actos libidinosos que se llevaron a cabo por el consentimiento viciado que se obtenía a través del referido prevalimiento, abusos que han producido necesariamente sufrimientos, malos recuerdos y una afección psíquica general en las víctimas, deviniendo así en el reproche penal mediante la presente acusación”.
Amenazas y humillación
Entre otras cosas, el requerimiento elevado por las fiscales, contiene distintas declaraciones de la mujer víctima, quien expresó que radicó denuncia en contra de Rosa Torino, en razón de haber recibido amenazas coactivas, insultos y humillaciones, abusos de autoridad, calumnias y difamaciones hacia su persona. Y dice la víctima “por su machismo y desprecio hacia las mujeres y por abusos sexuales reiterados y manoseos libidinosos y ultrajantes hacia ella y hacia diversos hermanos de la comunidad; por haberlos mantenido dominados en todo espiritualmente, económicamente, con respecto a las demás personas que él consideraba que eran una amenaza para él y por el ofrecimiento de dádivas para evitar la presente denuncia”.
En julio de 2019 se conoció una carta de un exintegrante del Instituto Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, donde denunció que dentro de la congregación “hubo más de 30 abusadores y 100 víctimas”.