El empresario llevaba 4 años y medio con detención preventiva. Un grupo de personas intenta impedir su ingreso al country Ayres del Pilar.
Después de cuatro años y seis meses de prisión preventiva, la Cámara de Casación le concedió este lunes la prisión domiciliaria a Lázaro Báez. El constructor, imputado en varias causas -lavado de dinero, obra pública- siempre estuvo a derecho, no tenía chances de alterar expedientes que ya estaban elevados a juicio, pero el aparato del macrismo había extendido su prisión preventiva de manera anormal con distintos argumentos. Finalmente, con la firma de Mariano Borinsky y Javier Gramajo, Casación les hizo saber a los tribunales orales que la concesión de la prisión domiciliaria estaba firme y que no requiere de caución porque implica una tobillera y una consigna en la puerta. Como era esperable, algunos vecinos del country Ayres del Pilar se manifestaron en la puerta para impedir el ingreso de Báez a su domicilio.
Aunque la prisión domiciliaria o la excarcelación no tienen que ver con los delitos en sí mismos, la acusación contra Báez se centra en que supuestamente ganó en forma irregular las licitaciones de 51 de las 81 obras viales que se hicieron en Santa Cruz. De esa manera -siempre según la imputación- se enriqueció ilícitamente de la mano de los gobiernos kirchneristas, con la sospecha de que el constructor fue testaferro de la familia Kirchner. En ese marco, se lo acusó también por haber sacado dinero de manera ilegal al exterior, al estilo de otros empresarios. En Suiza se encontraron cuentas de Báez por unos 35 millones de dólares, aunque la Justicia de ese país no detectó delito.
El argumento de Báez y sus defensores, Elizabeth Gasaro y Juan Villanueva, es que el constructor ganó de manera inobjetable las licitaciones porque era el único empresario que contaba con miles de obreros y la maquinaria necesaria en Santa Cruz. Según ellos, a las demás constructoras les resultaba inconveniente o muy caro llevar personal y maquinarias a 1800 kilómetros, en una geografía inhóspita en la que no se puede trabajar en invierno.
Alegan que la misma concentración de obras existe en muchísimas otras provincias donde las constructoras locales se imponen a las que vienen de otros distritos. Como se sabe, los fiscales utilizaron excavadoras para buscar tesoros escondidos y bóvedas, pero nunca encontraron nada. También naufragó la hipótesis de que Báez fuera testaferro: todos sus bienes y propiedades tenían como beneficiarios a los hijos, incluso en su testamento.
Los tribunales orales trataron de no darle ni la excarcelación ni la domiciliaria, pese a los dictámenes favorables de los fiscales Abel Córdoba y Javier De Luca. Dictaron resoluciones de rechazo a los planteos de los abogados de Báez o le impusieron una fianza de centenares de millones de pesos, pese a que sus bienes están embargados. Finalmente, Borinsky y Gramajo consideraron que el plazo de la prisión preventiva está más que excedido y que además Báez es una persona de edad y con factores riesgo respecto de la covid-19.