El caso salió a la luz cuando el niño, de tan solo 10 años, confesó entre lágrimas a su madre que la nueva pareja de su papá lo besaba y le tocaba sus partes íntimas cada vez que iba a visitarlos a su casa.
Una mujer de 43 años fue condenada por el juez Aldo Primucci, vocal de la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, por el delito de abuso sexual simple contra el hijo de su pareja. La sentencia impone una pena de tres años de prisión de ejecución condicional, además de estrictas medidas de restricción.
El caso salió a la luz cuando el niño, de tan solo 10 años, confesó entre lágrimas a su madre que la nueva pareja de su papá lo besaba y le tocaba sus partes íntimas cada vez que iba a visitarlos a su casa.
La madre había notado cambios en el comportamiento de su hijo hacía tiempo: se portaba mal en el colegio y no hacía sus tareas. Preocupada, le preguntaba insistentemente si le pasaba algo, pero el niño se mantenía en silencio hasta que una tarde, mientras veía televisión con su hermana, se puso a llorar.
El menor también relató que había intentado contarle a su padre sobre los abusos, pero que éste no le creyó. Esta situación y la posterior confesión a su madre llevaron a que se iniciara la denuncia formal y las investigaciones correspondientes.
La condena establece que durante los tres años de prisión en suspenso, la mujer deberá fijar un domicilio conocido, no cometer nuevos delitos y abstenerse de acercarse a la víctima bajo ninguna circunstancia.
Además, será inscripta en el Banco de Datos Genéticos, una medida que busca asegurar un mayor control y prevención de futuros delitos sexuales.
Este caso sirve como un recordatorio de la necesidad de crear entornos seguros para los niños, donde puedan expresar sus temores y experiencias sin miedo a no ser escuchados.