Según el relato de testigos, el atacante se encontraba extremadamente ebrio y, como le pidieron que se retirara, se puso agresivo. Luego de propinarle golpes de puño a uno de los mozos se retiró y regresó con un arma de fuego.
En pleno Paseo Güemes se vivieron escenas de una película de far west. Un cliente ebrio, al no ser atendido, comenzó a disparar contra el personal de un reconocido bar salteño.
Según el relato de testigos, el atacante se encontraba extremadamente ebrio y, como le pidieron que se retirara, se puso agresivo. Luego de propinarle golpes de puño a uno de los mozos se retiró y regresó con un arma de fuego.
Fue un verdadero milagro que nadie resultara herido, ya que los disparos fueron dirigidos hacia el interior del local.