Los infectólogos que asesoran al gobierno nacional y los referentes de la industria musical argentina coinciden en algo: la música en vivo será una de las últimas actividades que se reanude tras el final del aislamiento.
Según las estimaciones de ACMMA (Asociación de Managers Argentinos), la misión será encontrar lógicas de concierto nuevas que puedan suplir a los 13.000 shows monetizados en el último año y contenga a las 10.000 fuentes de trabajo contando músicos, sonidistas, iluminadores, teloneros, productores, personal de la sala, boleteros y personal de seguridad, traslados, catering, y más. “Si bien los músicos hacen cosas sumamente románticas donde construyen esa magia para que el público los siga y compre sus entradas, los músicos le pagan a todos sus equipos, que pueden ser músicos o sesionistas, técnicos o asistentes, escenógrafo, estilistas, etc. Es muy amplia la cadena de realización para un show, y es importante visualizar esto. Es un rubro que le da de comer a miles de familias”, explica Gerardo Rojas, presidente de ACMMA.
Los trabajadores técnicos escénicos de todo el país (incluye iluminación, pantallas de video, sonido, estructuras, rigging, asistentes de músicos y escenario plomos, stage manager, producción técnica, estudios de grabación, salas de ensayos, energía, personal de carga y descarga, operadores, escenógrafos y diseñadores) relevó números preocupantes: El 82.2% se encuentran fuera de todo marco regulatorio y en situación de precarización laboral, con sólo el 17,8% de los trabajadores en relación de dependencia y el 44,6% sin cobertura médica.
Para productores de shows masivos, como los que produce José Pallazo, el impacto en números es arrollador. Estiman una pérdida de un costo fijo de cuatro millones y medio por mes, aproximadamente, más todos los shows que no se van a realizar. Calculan una pérdida de unos ochenta millones de pesos.
La Agrupación de Productores de Música en vivo de La Plata, Berisso y Ensenada estima que sólo en el mes de abril, la recaudación hubiese sido de cinco millones y medio de pesos: 91 shows, 637 puestos de trabajo y un promedio de 60 mil pesos por concierto.
La puerta de salida a este cuello de botella no parece estar a la vista, aunque la organización colectiva de la industria a nivel regional parece ser una posible llave. Lucía Ravazzolli, integrante de Otro Planeta Managment y productora de artistas como Miss Bolivia y Cumbia Queers detalla: “los sábados nos capacitamos managers de toda Latinoamérica en videoconferencias con referentes mexicanas con las que compartimos la situación regional, y vemos los que está pasando con los consumos y difusiones por streaming. Al no tocar en vivo se le suma la baja en publicidad y repercusión de lanzamientos, porque no hay cartelería en la calle, por ejemplo”.
Aparece, como casi siempre en tiempos de profundas crisis, el apoyo y organización colectiva: “Necesitamos comprar música, ayudar al centro cultural más cercano, acceder al merchandising de los artistas, ayudar las agrupaciones de managers, productores, agentes de prensa, que se están agrupando para que la visibilización sea más colectiva, y a la hora de la reconstrucción esté toda la gente adentro”, explica Albina Cabrera, productora en KEXP y periodista musical.
Otro de los organismos que colabora actualmente de forma integral a través de una convocatoria de fomento solidario es el INAMU (Instituto Nacional de la Música), otorgando 10.000 pesos a 1.020 beneficiados que estén inscriptos en el Registro Único de Músicos y Agrupaciones Musicales Nacionales y presenten situaciones extrema urgencia económica.
Los músicos en primera persona
Santiago Moldovan, miembro de La Delio Valdez, dio detalles de la situación que atraviesa una orquesta que vive de la música en vivo: “Nuestro ingreso era totalmente por el vivo. Lo que estamos haciendo es apoyarnos en nuestra organización como cooperativa, y repartimos los ingresos de manera pareja en lo que tiene que ver con derechos de autor, regalías digitales, tratando de sobrevivir con eso que no es mucho, y más temprano que tarde que nos va a acabar”.
De cada reproducción en plataformas globales como Spotify, un porcentaje de las ganancias se lo queda la plataforma, otro la distribuidora y otro el artista, que suele ser entre el 10 o 15 %. Hasta ahora, únicamente Facebook anunció a través de un comunicado que durante las próximas semanas los eventos de la red permitirán que el artista tenga la posibilidad de cobrar el acceso a videos en vivo. En cuanto al boom de vivos en Instagram, salvo raras excepciones ligadas a auspiciantes, no se registran monetizaciones. “Como sucedió cuando veíamos películas y llegó Netflix, o cuando escuchábamos música y llegó Spotify, eventualmente vamos a ver quién termina redituando con los shows en vivo por streaming. Por lo pronto jugamos, probamos y evaluamos, pero no genera dincero”, reflexiona el consagrado músico Javier Malossetti.
Si intentamos imaginar el mundo “post pandemia”, Loli Molina avanza acerca de las dificultades que podemos vislumbrar al volver a tocar: “La incertidumbre que se suma es no saber si cuando se pueda tocar la gente tendrá dinero para ir a esos shows, y creo que las pocas salas que estén habilitadas van a estar colapsadas, así que pienso que al menos por este año ya fue. En mi caso estaba por empezar una gira por América y países de Europa, y se cayó todo”. A Santiago Barrionuevo, el líder de El Mató a un Policía Motorizado, la pandemia lo encontró a la inversa, en el retorno de una gira importante: “Con el tiempo se va a ir complicando, pero por ahora estamos intentando disfrutar del descanso. Justo cuando empezó la cuarentena veníamos de hacer una gira muy buena por España. Más adelante empezaremos a armar algún plan de trabajo”.
Con mayor o menor urgencia, la industria de la música se organiza para una época de vientos fuertes, graves apremios económicos, retrocesos inevitables y avances tecnológicos estratégicos y necesarios. La única certeza es que la industria a nivel global atravesará transformaciones sin precedentes, y apenas contamos con algunas pistas para comenzar a interpretarlas.
Fuente: Radio Cantilo