El gobernador de La Rioja y candidato a presidente del PJ contestó a las diatribas del hijo de la expresidenta; “Yo nunca me animaría a juzgar a un compañero. Si tengo que criticar algo, se lo diría en cuatro paredes”, reclamó.
Horas después de que Máximo Kirchner apareciera en declaraciones radiales y apuntara contra Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja le respondió y desmintió sus diatribas, que sostenían que ministros de Axel Kicillof le habían conseguido avales para su lista del Partido Justicialista. El candidato a presidente del partido reclamó al dirigente por realizar críticas de carácter público y sostuvo que la mención al gobernador bonaerense es un intento de “involucrarlo” en la interna. “Lo desmiento rotundamente porque no fue así”, explicó.
«No lo involucren a Axel en esto porque no tiene absolutamente nada que ver. Porque [Máximo] también dijo que gente que está con Axel trabajó para mí. No es cierto”, declaró en Radio 10, y agregó: “Ni [el intendente de Avellaneda, Jorge] Ferraresi, ni [el intendente de Berazategui, Juan José] Mussi, ni ningún intendente ni ningún ministro de Axel Kicillof me juntó avales. Lo desmiento rotundamente porque no fue así. No es cierto. Pasa que lo quieren involucrar a Axel como que él toma una posición con respecto a mi persona”.
El diputado nacional había criticado directamente a Quintela por su candidatura, sobre quien insinuó una crítica por su edad. “Quien esté convencido que es una salida para el peronismo por cómo gobierna La Rioja y sus características irá detrás de Quintela, un hombre de 67 años. Los que entiendan que Cristina es lo mejor para el momento… [Quintela] Es de la generación de Cristina, fueron diputados juntos”, sostuvo en la misma radio.
Ante la pregunta de si gente de Kicillof apoyó al riojano, respondió: “Sí, nosotros sabemos que se han juntado varios de la provincia de Buenos Aires”.
“Tengo 64 años”, corrigió Quintela entre risas. “Yo le tengo respeto a Máximo porque es un cuadro político. Pero él fue el primero que fui a ver para charlar. Le dije que el peronismo se había desarticulado y convertido en una confederación de provincias. Que había perdido su carácter de movimiento nacional y que teníamos que volver a unirlo”, añadió.
Además, apuntó contra él por realizar críticas en la radio en vez de en privado: “Yo nunca me animé a juzgar a un par porque cada provincia tiene sus dificultades y problemas. Algunos tienen que entender que cuando uno gobierna una provincia, tiene que responder a los intereses de sus mandantes, los que depositaron el voto. Yo no me animo a juzgar a un compañero. Si tengo que decir o criticar algo que no estoy de acuerdo, se lo diría en cuatro paredes”.
Sus críticas sobre los modos de Máximo Kirchner también se dieron sobre los de Cristina. Especialmente apuntó contra la exmandataria por haber anunciado su candidatura a la presidencia del PJ a través de X. “No es la manera correcta de dirigirse a los compañeros a través de Twitter. Si a mí me llaman y nos ponemos a conversar, seguramente haya un acuerdo. No es que me molestó, es que no corresponde», comentó.
Allí remarcó que “la quiere mucho” y que no tiene “nada contra ella”, y remarcó cómo llegó a ser candidato: “Yo tomé las palabras de ella. Ella dijo, en su momento, que es necesario que salgan a caminar, que saquen el bastón de malestar que tienen en su mochila y no le pidan permiso a nadie. Yo salí a caminar, no con la intención de ser presidente del PJ, sino porque veía al peronismo estancado y que nadie levantaba los brazos ni quería salir a caminar y hablar con los compañeros”.
Aun así, también realizó una extraña comparación entre sus modos y los de Carlos Menem al ser consultado si alguna vez ella fue su conductora en el partido. “Sí, por supuesto, como lo fue Carlos Menem también. No es que dejó de serlo, para mí es un órgano de consulta. Yo no soy empleado de nadie. Me conduce la política. A mí no me manda nadie. Eso no está en el peronismo. Perón decía que conducir no es mandar, es persuadir y convencer. Hay que estudiar un poco a Perón”, comenzó a explicar.
“Carlos Menem, cuando levantó la bandera del salariazo y la revolución productiva, me convenció a mí y a todos, hasta a los Montoneros los convenció. Después modificó su posición y bueno, fue un contexto distinto. La verdad que él también persuadía y conducía a partir del cariño, amor y afecto, y no a través de la imposición. Y yo creo que tenemos que modificar nuestras conductas. El que conduce lo hace a través del esquema persuasivo y políticas claras. Y no es que con Cristina yo no me siento identificado, es una competencia entre compañeros”, analizó.