En su primer comentario público sobre la crisis ucraniana en más de un mes, Vladimir Putin, afirmó que «no retrocederán» y se mantendrán «firmes» ante las amenazas de «inéditas» sanciones por parte de Occidente.
«En la doctrina militar de Ucrania figura la recuperación de Crimea, incluso por la vía bélica. Imaginemos que, ya como socio de la OTAN, inicia esa operación. ¿Qué hacemos? ¿Combatimos con la OTAN? ¿Acaso alguien ha pensado en eso? Parece que no», expresó Putin durante la conferencia de prensa conjunta ofrecida en Moscú con el premier de Hungría, el ultranacionalista Víktor Orbán.
Putin dejó la puerta abierta para el diálogo, aunque aseguró que dichas conversaciones «deben tener en cuenta nuestras preocupaciones sobre seguridad que le trasmitimos a EE.UU. y la OTAN y, hasta ahora, han sido ignoradas».
Con su primera declaración, el líder del Kremlin pareció responderle al canciller norteamericano Antony Blinken quien, horas antes y en charla con su homólogo Serguéi Lavrov, lo había instado a iniciar la desescalada inmediata‘ de las tensiones en la frontera con Ucrania.
Mientras el jefe de la diplomacia de EE.UU. pedía a su interlocutor ese gesto de distensión, llegaban a Kiev otras 500 toneladas de equipo de defensa’ enviados por el Pentágono.
Por su parte, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, arribó a Kiev para expresar el apoyo no solo verbal, sino también militar y humanitario; lo mismo, hizo su homólogo británico Boris Johnson, quien alertó que una invasión sería un «desastre político, humanitario y militar para Rusia y el mundo’‘. Acto seguido, el dignatario conservador adelantó que se propone hablar telefónicamente con Putin.
Johnson se entrevistó con el presidente anfitrión, Volodymyr Zelensky, quien decretó la incorporación de 100.000 efectivos adicionales al ejército, elevando el total a 350.000.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán aprovechó las cámaras para proponer como solución al conflicto que desvela al planeta el modelo húngaro‘, donde expresó que, «siendo miembro de la OTAN y la Unión Europea, mantenemos buenas relaciones con Moscú, basadas en el respeto mutuo».