La primera versión en la Rosada fue que el Presidente se había bajado de la gira, pero finalmente tomó la decisión contraria y viajará a Italia, invitado por Giorgia Meloni.
Finalmente, luego de varias idas y vueltas, Javier Milei confirmó que viajará a Italia para formar parte del G7. Durante el transcurso de este jueves, en Casa Rosada aseguraban que se había bajado de la cumbre, pero con el correr de las horas cobró fuerza la versión de que había tomado la decisión contraria. El malestar que hicieron llegar a la Cancillería desde la embajada italiana ante la negativa inicial de Milei a participar (junto a Lula Da Silva, es el único mandatario latinoamericano invitado especialmente por Georgia Meloni) terminó pesando en el cambio de agenda. Mientras deliberaba qué hacer con su próxima gira internacional, el Presidente acudió en Santa Fe a la exposición “Agroactiva”, desde donde aprovechó para elogiar a su ministro de Economía, Luis Caputo, y para ratificar el plan motosierra.
Originalmente, Milei tenía prevista una extensa gira de casi dos semanas, pero tras los cambios, ahora quedó reducida y dividida en dos tramos, según confirmaban en Balcarce 50. Primero viajará a Italia durante tres días para participar del G7, a partir del miércoles que viene, entre el 12 y el 15 de junio; luego regresará al país, en un paréntesis forzado por los festejos por el Día de la Bandera; y finalmente volverá a subirse un avión para visitar Alemania y España, del 22 al 24 de este mes.
Tanto en Alemania como en España, tal como ya pasó en salidas anteriores, Milei recibirá premios que le otorgarán fundaciones y espacios políticos liberales. En la ciudad de Madrid le darán una condecoración del Instituto Juan de Mariana, en el marco de la «Cena de la Libertad» que organiza la ultraderecha. Mientras que en Berlín le darán la medalla Hayek.
De la agenda oficial quedaron afuera dos citas importantes: las que podría haber tenido con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con su par de Ucrania, Volodimir Zelensky. Con el ucraniano tenía previsto encontrarse durante la Cumbre por la Paz en Suiza, convocada por las potencias occidentales, pero finalmente no acudirá. Tanto Brasil como China —dos países con los que el Gobierno pretende recomponer relaciones luego de los sucesivos papelones diplomáticos— ya se habían bajado de la convocatoria, dado que el supuesto llamado a la paz no incluyó a Rusia.
El faltazo a Ucrania puede leerse, en ese marco, como un posible giro pragmático en las relaciones exteriores, marcado por la necesidad: el swap con China y la importación de gas desde Brasil son dos de las urgencias del momento de la administración libertaria.
Con su participación en el G7, Milei retomará su agenda de viajes internacionales, de la que abusó en lo que va su gestión: ya estuvo más de 30 días fuera del país, todo un récord para un Presidente en sus primeros seis meses en el poder. Esta vez, al menos, podrá esgrimir que tiene un itinerario oficial, en contraste con sus últimas giras por Miami, Washington y Los Ángeles, en Estados Unidos, y por Madrid, adonde llegó invitado por sus amigos del partido ultraderechista Vox y terminó desatando un conflicto diplomático con su par español Pedro Sánchez.
Una extraña criatura
Este jueves, Milei lo hizo de nuevo: volvió a compararse con Terminator, el personaje de ciencia ficción encarnado en los 90s por Arnold Schwarzenegger. Fue durante una entrevista con la compañía de medios estadounidense The Free Press, en la que aseguró sin ruborizarse que, tal como Terminator, él también proviene desde un «futuro apocalíptico», aunque en su caso para evitar el crecimiento político del socialismo.
«Yo vengo de un futuro apocalíptico para evitarlo. Algo así como la historia de Terminator. Bueno, de hecho Schwarzenegger es libertario», pretendió ser chistoso. el ultraderechista en la entrevista publicada este jueves.
Milei ya se había comparado con Terminator en febrero pasado cuando, tras el fracaso de la Ley Ómnibus, twitteó una foto compuesta con inteligencia artificial en la que él mismo encarnaba al personaje y dejaba un «Casta la vista, baby» como slogan. No por nada, la periodista que lo entrevistó lo presentó al público foráneo como una «critatura extraña».
«Hay cosas obvias: dice que no se peina (y parece que no lo hace). Tiene cuatro mastines clonados a los que se refiere como sus ‘hijos de cuatro patas’, y que llevan el nombre de sus economistas de libre mercado favoritos. Fue criado como católico, pero estudia la Torá«, lo describieron al presidente argentino en The Free Press.
En ese marco, hubo lugar para el asunto espinoso de Conan y sus clones. «Se han metido con mis seres queridos, con todos. Hasta se han metido con mis perros, violando la Constitución Nacional, que dice que las acciones privadas están reservadas a lo privado, y a la conciencia y a la voluntad de Dios. Han sido tan sucios, tan inmundos, que hasta se han metido con mis perros», dijo sobre los supuestos embates de la oposición sobre su vida privada.
El topo
«Amo ser el topo dentro del Estado«, dijo Milei en la entrevista, «para destruirlo desde adentro». Una frase al menos curiosa tratándose de, justamente, el jefe del Estado. «El sistema se cambia estando adentro, no desde afuera. Ningún político va a cambiar un sistema que lo beneficia en favor de la gente porque él tiene el poder de hacerlo», intentó justificarse.
En la misma línea, aseguró que la «reforma del Estado» que pretende implementar «la tiene que hacer alguien que odie el Estado«. Una buena definición para uno de los dirigentes que suena para el nuevo cargo que la llevaría adelante: Federico Sturzenegger.
«Soy el que destruye el Estado desde adentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas. La reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado. Y yo lo odio tanto que estoy dispuesto a soportar todo tipo de mentiras, calumnias e injurias tanto sobre mi persona como sobre mis seres más queridos que son mi hermana, mis perros y mis padres, con tal de destruir el Estado«, dijo Milei.
«La única forma de modificar esto es meterte al sistema y disputar el poder, porque sino no lo vas a cambiar», dijo como si estuviera intentando justificar porqué se presentó a elecciones para el cargo que hoy ejerce.
Gracias, Caputo
Milei pisó suelo santafecino para disertar en la exposición «Agroactiva», del sector agroexportador. Desde allí, y acompañado por José Luis Espert, admitió que le «revienta» que en el país siga «este nivel de inflación», que en parte su propio gobierno ayudó a disparar.
También elogió su plan motosierra y a su ministro Luis Caputo. «Desde que asumimos, fuimos a un programa de déficit cero. Pensamos en hacerlo a lo largo de un año, pero gracias a Caputo, en enero, ya estábamos en un equilibrio financiero», aseveró el Presidente.
En ese marco de autoelogiar su propio ajuste, Milei apuntó contra el Congreso por proponer proyectos de ley «que van contra el superávit fiscal», como el que pretende mejorar los golpeados haberes jubilatorios y que ya tuvo media sanción de Diputados. A propósito de ese tema, el Presidente aseguró que si esa ley se sanciona en el Senado, la iba a vetar, y que las consecuencias de esa decisión le importaban «tres carajos».
«Y eso se ha estado repitiendo, durante todos los meses. Mayo de vuelta va a dar también superavitario y si bien estacionalmente, por el pago de aguinaldos, el mes de junio es deficitario, cuando ustedes toman los 6 meses juntos somos superavitarios, es decir, que el déficit cero sigue en pie», insistió.
Como si viviese en un país paralelo, Milei sostuvo que la economía «ya está rebotando» y que bajará la cantidad de «pobres e indigentes», pese a que todos los indicadores muestran más bien lo contrario.
«La verdad es que el 90% del ajuste es motosierra: bajamos la cantidad de ministerios a la mitad; eliminamos la obra pública; prácticamente eliminamos las transferencias discrecionales a provincias y encaramos un programa de racionalización del gasto social como nunca se vio», cerró Milei.