Se trata del empresario y exlegislador Leonardo Hisa. Por el crimen también fueron condenadas otras tres personas, dos de ellas a la máxima pena.
El exsenador y empresario Leonardo Hisa fue condenado a la pena de prisión perpetua luego de que un jurado popular lo responsabilizara de haber sido el instigador del femicidio de su exesposa, Norma Carletti, asesinada de 55 puñaladas en la localidad mendocina de Tunuyán. Por el crimen también fueron condenadas otras tres personas, dos de ellas a la máxima pena.
La presidenta del jurado le comunicó ayer al juez técnico David Mangiafico que la decisión fue unánime y que el exlegislador radical fue hallado culpable «como instigador por el delito de homicidio agravado por el vínculo, por precio o promesa de pago y femicidio».
En tanto, a Kevin Guerrero el jurado lo declaró culpable por el delito de «homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria y femicidio».
Además, Alexis Guerrero fue acusado como «partícipe secundario del robo con homicidio», y el padre de ambos, Juan Carlos Guerrero, como «partícipe primario del delito de homicidio agravado por precio o promesa remunerativa».
Tras conocerse el veredicto de culpabilidad de los 12 jurados, el juez técnico cerca de las 15 condenó a Hisa a la pena máxima y dejó sin efecto la prisión domiciliaria a la que había accedido.
Guerrero y su hijo Kevin también fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Alexis fue condenado a «cinco años de prisión como responsable penalmente del delito de robo seguido de muerte en calidad de partícipe secundario».
Las condenas fueron bien recibidas tanto por la fiscalía como por la querella ya que el fiscal Jorge Quiroga y el jefe de fiscales de Mendoza, Fernando Guzzo, sostuvieron en sus alegatos de clausura que los cuatro eran culpables por el delito de «homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por promesa de pago».
En el juicio oral que comenzó el 27 de abril intervinieron doce jurados populares y el juez técnico Mangiafico, por el cual pasaron decenas de testigos, entre expolicías, forenses, vecinos y familiares de la víctima. El jurado falló sin fisuras por la pena máxima contra el expolítico y empresario.