La estrictas medidas implementadas por el Gobierno rigen sólo para el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Luego de dos días consecutivos con más de 25.000 nuevos casos positivos de COVID-19 y el sistema sanitario en riesgo de colapso, el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, anunció un nuevo y severo paquete de medidas restrictivas, pero enfocadas en el epicentro de la pandemia en el país, que es el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Procurando sostener la ya dañada economía, no se suspenden los viajes domésticos, pero sí se recorta todavía más el horario de bares y restaurantes; se prohíben todos los eventos sociales; y se cierran las actividades recreativas.
En el marco de su segunda ola de contagios de COVID-19, Argentina bate día a día su récord de nuevos casos positivos, y por esa razón el Gobierno nacional ya había lanzado la semana pasada un paquete de medidas restrictivas que, ente la necesidad de sostener las ya dañadas cuentas públicas y privadas, preservaban la economía. Y eso implicaba también el sostenimiento del turismo interno.
Pero los números no descendieron, sino que, por el contrario, se incrementaron de manera exponencial, y este miércoles 14 de abril se registró la segunda jornada consecutiva por encima de los 25.000 casos en 24 horas. Por eso, los tiempos para un nuevo anuncio de restricciones se aceleraron, y llegaron esa misma noche.
En un mensaje al país desde su aislamiento en la Quinta Presidencial de Olivos por COVID positivo, el presidente Alberto Fernández anunció fuertes medidas que, aunque no implican una regreso a cuarentena, sí generan un fuerte impacto social, con entrada en vigencia a partir de las 0.00 horas de este viernes 16.
De hecho, tampoco regirán para todo el país, sino que se concentrarán en el epicentro de la pandemia en Argentina, que es el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), compuesta por la Ciudad de Buenos Aires y unos 40 partidos de la Provincia de Buenos Aires, ubicados en la periferia de la capital.
Para esa zona del país (también el principal emisor de turistas nacionales e internacionales) se definió la suspensión de las clases presenciales por 15 días; la cancelación de todos los eventos sociales; el cierre de todas las actividades recreativas, culturales, religiosas y deportivas en espacios cerrados; y circulación restringida sólo a personal esencial entre las 20.00 y las 06.00 horas, lo que implica que bares y restaurantes se quedan sin horario nocturno (desde la semana pasada debían cerrara a las 23.00 horas).
¿Que los viajes estén permitidos significa que la gente viajará? No necesariamente, pero los datos de ocupación que muestran las aerolíneas hablan de ocupaciones aceptables en sus redes de vuelos; y aunque existe cierta incertidumbre para fechas cercanas, sí se empieza a verificar una mayor confianza en búsquedas y reservas a partir de julio (si la situación lo permite, el puntapié inicial serían las vacaciones de invierno).
Sí siguen suspendidos los viajes grupales (incluyendo los de egresados), tal como se estableció la semana pasada. Luego de las protestas de algunos prestadores de esos servicios en Buenos Aires, se llevó a cabo una reunión con el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, y se acordó la conformación de una mesa de trabajo para adoptar medidas específicas, incluyendo ayudas puntuales.
Finalmente, en cuanto a los viajes internacionales, por el momento tampoco hay novedades: las frecuencias se redujeron de hecho, a partir de la no autorización de numerosas operaciones solicitadas por las compañías. Hoy, cualquier persona puede salir de la Argentina, pero sólo pueden ingresar los residentes y los no residentes que demuestren ser trabajadores esenciales, diplomáticos o viajeros por “fuerza mayor”.