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Policiales

El relato de uno de los baquianos que encontró a la montañista

Víctor César Cruz: «No hablaba nada, la abracé y le dije ya terminó todo, la vamos a sacar de aquí».

Martín Padilla, Patricio y Víctor César «El Cacique» Cruz son los lugareños de Chorrillos, a cuyo paso hallaron a Analía Ibáñez en medio de una hondonada que se bifurca con las huellas del camino hacia la cumbre. También utilizada para el descenso del Pacuy, aquella montaña de más de 4 mil metros impone respeto a los aventureros.

Pocas veces se menciona su colaboración cada vez que alguien necesita ayuda en medio de los cerros. Son los baquianos con residencia en medio de la Quebrada del Toro cuyo esfuerzo y esmero por socorrer a los demás pocas veces es valorado. En ocasiones ni siquiera se conocen sus nombres. Ellos también dejan sus ocupaciones que permiten la subsistencia de su familia.

Sin indumentaria térmica, con la ropa de abrigo necesaria y un poco de coca se unieron a la búsqueda de la profesora de la Universidad Católica de Salta el martes. Conocen los celosos senderos de estos cerros. No presumen haber subido a la cima del Pacuy en varias ocasiones. No lo hicieron por deporte. Buscando tierras fértiles para el pastoreo de su ganado deben desandar por ese tipo de alturas varias veces al año. El Cacique de Incahuasi, como los conocen, halló a la montañista extraviada.

Relató con lujo de detalles las horas de búsqueda: «Fue una sensación bárbara haberla encontrado, llegamos en helicóptero cerca de la cima del cerro Candado, ahí éramos dos que comenzamos a campear por los filos. Al rato nos unimos con otro grupo de gente del Club de la Montaña. Cerca de una zona conocida como Corral Cuadrado, decidimos encarar los filos de la zona. Decidí ir por debajo de una de las laderas y de repente me di a unos 30 metros con la señora sentada y mirando para cualquier lado», resumió Cruz.

La mujer estaba deshidratada y balbuceaba sin sentido. El frío, el estrés y los dolores por las lesiones en su cabeza fueron el detonante de su estado físico. El baquiano subió hasta donde yacía la montañista. «No hablaba nada. Le di aguaita a la pobre mujer, la abracé y le dije ya terminó todo, la vamos a sacar de aquí», agregó Cruz. «Mis abuelos me enseñaron que hay que contener a los extraviados para que se les pase el susto. La madre tierra la protegió. No me voy a olvidar nunca de ese momento».

El Cacique salió a la huella próxima y desesperado dio aviso al resto del grupo, unas seis personas en total, que había hallado a Analía. Junto a estos rescatistas, donde también estaban Martín Padilla y Patricio Cruz, la subieron al sendero principal y ahí fue auxiliada por una enfermera que acompañaba al grupo de socorristas en esta parte del cerro.

Cuenta el baquiano que «estaba con una campera azul, un pantalón negro y la capuchita le cubría la cabeza. Estaba golpeada en sus rodillas, parece que se había caído en el cerro. Con el grupo decidimos con una mochila y los bastones hacer una especie de camilla. Así la llevamos a un lugar donde la examinaron, mientras otros avisaban la buena noticia al resto del rescate». La mujer fue hallada a una altura cercana a los 3.400 metros, es decir a unos 700 metros de la cumbre.

Cruz menciona otros datos importes en la reconstrucción del periplo de Analía y su compañero de la desgraciada excursión. «Había mucho viento y se venía el temporal. Después de un trecho llegaron otros rescatistas y se armó el descenso. Ella estaba cerca de la cumbre, no bajó mucho; cerca de donde la encontramos, a una hora más o menos de marcha hay un puesto».

«Al otro día me enteré que los puesteros habían visto una luz en el alto (cerro) que iba de un lado al otro. Eran como las 11 de la noche. Ellos pensaron que bajarían al puesto a pedir lugar donde dormir. Pero eso nunca ocurrió. Después se enteraron de que era gente que estuvo perdida. Erraron mucho el camino de descenso. Fue un milagro haberla hallado con vida. En otras ocasiones esto no ocurre. Me alegro mucho por el desenlace feliz de esta historia. Las comunidades originarias siempre colaboramos en socorrer a los perdidos en el cerro», concluyó con el relato el lugareño que encontró a la psicóloga con vida el miércoles a las 15 en el Pacuy.

Esperan que siga evolucionando

Desde el San Bernardo informaron sobre la salud de Ibáñez.

El médico Bernardo Ruiz habló con la prensa ayer por la mañana, y señaló que Ibáñez llegó a la madrugada al San Bernardo con traumatismo encéfalocraneano, pérdida de conocimiento (luego lo recuperó) y con una deshidratación importante.

“Informamos que la persona rescatada en el cerro Pacuy, en Campo Quijano, permanece internada en la guardia del hospital San Bernardo. Ingresó a las 4.30 de la mañana del día de la fecha (jueves), con politraumatismo y traumatismo encéfalo craneano (TEC) con pérdida de conocimiento y deshidratación. Actualmente está internada en el box de mujeres de la Guardia con resultado de TAC (tomografía) normal. Presenta excoriaciones en miembros inferiores, las cuales se están evaluando a la espera de su evolución”, dice el parte del hospital.

El profesional resaltó que luego de que la revisaran constataron que la mujer no tuvo consecuencias neurológicas. “Por el momento no se sabe si será trasladada al sector privado”, dijo Ruiz

“Seguramente es porque la mujer estaba acostumbrada a tolerar estas condiciones ambientales”, señaló tras ser consultado por los embates que sufrió y que pudo superar la psicóloga.

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