Aseguró en el juicio que se le sigue que él «jamás» fue violento con su pareja y que no hay «ni una sola prueba científica» en su contra.
El abogado penalista Rubén Carrazzone, acusado por el femicidio de su esposa Stella Maris Sequeira, desaparecida desde 2016 de su casa de Ezeiza, aseguró en el juicio que se le sigue que él «jamás» fue violento con su pareja y que no hay «ni una sola prueba científica» en su contra. El juicio, en el que el acusado declaró durante algo más de una hora, pasó a cuarto intermedio hasta el miércoles próximo.
«No haría absolutamente nada en contra de mi mujer. Yo para ella sólo tengo agradecimiento, la adoro. Fue ella quien me hizo progresar mucho como abogado y como persona», aseguró Carrazzone -acusado de «homicidio doblemente calificado por haberse cometido sobre su pareja conviviente y mediando un contexto de violencia de género y falsa denuncia»– en su indagatoria ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de La Plata, a cargo del debate.
«Jamás hubo un hecho de violencia en la pareja. Sí algún hecho de tinte menor que no recuerdo (…) Mi mujer ha desaparecido, sigue desaparecida y nadie me ha podido decir qué pasó con ella», sostuvo el acusado, de 66 años, quien en todo momento se refirió a Sequeira, de 58 años, con los apodos «Stellita» o «Pochita» y en tiempo presente.
Durante la audiencia, además, Carrazzone cuestionó a la abogada Raquel Hermida Leyenda, que representa al particular damnificado, y al Ministerio Público Fiscal, a los que calificó de «inmorales» y «mentirosos».
«Siempre he respetado las libertades de Stellita. No hay ni una sola prueba científica que compruebe lo contrario. Son todas meras especulaciones», dijo el acusado, y apuntó contra la abogada querellante, Hermida Leyenda, de quien dijo que «ha pedido a testigos que mientan».
La cronología según el acusado
Carrazzone aseguró que el 29 de diciembre de 2016, cuando Sequeira desapareció, él estuvo en distintos lugares y se encontró con distintas personas. Ese día, dijo, su mujer iba a «salir con amigas» porque su vida social era «sumamente activa». Al día siguiente, se iba a encontrar en una parrilla de Uribelarrea con amigos, pero esa noche, al no tener noticias de ella, sintió «que estaba ante un problema».
«Desde entonces no paré de buscarla», aseguró Carrazzone, quien brindó detalles de lo que hizo hasta el 1 de enero de 2017, cuando finalmente radicó la denuncia ante la Policía. «Yo no tardé un montón de tiempo en hacer la denuncia para ganar tiempo», dijo, al tiempo que recordó que en ese momento él ya había alertado de lo ocurrido a la familia de su esposa.
En otro tramo de su exposición, recordó cómo fueron los dos llamados a su teléfono celular que dieron inicio a la denuncia por «secuestro extorsivo» y negó haber pedido «ayuda» a Miguel Ángel Franco –quien estuvo detenido en la causa y finalmente fue sobreseído- para «simular» un caso de ese tipo.
«No haría absolutamente nada en contra de mi mujer. Yo para ella sólo tengo agradecimiento, la adoro. Fue ella quién me hizo progresar mucho como abogado y como persona», aseguró.
Por último, Carrazzone aseguró que la relación entre Sequeira y su hija, Solange, era «pésima», y que ese vínculo «se rompió» cuando la joven «quedó embarazada». En 2011, añadió, la joven dio «una tremenda paliza» a la madre, pero Sequeira «nunca hizo la denuncia» porque le «daba vergüenza».
Las sospechas del caso
A pesar de que nunca se halló el cadáver de Sequeira, Carrazzone llegó preso al debate en el que afronta cargos por «homicidio doblemente calificado por haberse cometido sobre su pareja conviviente y mediando un contexto de violencia de género y de falsa denuncia», por el que podría recibir una pena de prisión perpetua.
La jurisprudencia indica que la falta del cuerpo no impide que a un imputado se le endilgue el delito de homicidio.
El TOF 2 platense está conformado por los jueces Alejandro Daniel Esmoris, Néstor Javier Jarazo y Fernando Canero, mientras que la acusación estará a cargo del fiscal general de La Plata, Rodolfo Marcelo Molina.
Sequeira, quien convivía desde hacía 13 años con Carrazzone, desapareció el 29 de diciembre de 2016, pero el abogado denunció el hecho recién el 31 de ese mes y, un día después, aseguró haber recibido un llamado extorsivo en el que le exigieron 80.000 dólares para liberarla.
Los investigadores sospecharon que se trató de una falsa denuncia, hecha para entorpecer la investigación y ocultar el femicidio. Aunque Carrazzone siempre negó haber ejercido violencia contra su mujer, para los investigadores hay elementos suficientes para acreditar que el abogado la golpeaba.
Una testigo que declaró en la causa relató que el día previo a su desaparición, Sequeira le había contado que iba a separarse del abogado y que Carrozzano se tendría que ir de la casa «con un bolsito», como había llegado hacía muchos años.