Durante el primer trimestre de 2025, la Policía de Salta incautó 447 animales sueltos en distintos puntos de la provincia.
En medio de una creciente preocupación por la seguridad vial y la falta de controles efectivos, la Policía de Salta confirmó la incautación de 447 animales sueltos en la vía pública durante los primeros tres meses del año. El dato, por sí solo alarmante, refleja un aumento del 156% respecto al mismo período de 2024.
Los procedimientos fueron realizados por la Dirección General de Seguridad, con colaboración de efectivos del Departamento de Caballería y distintas jurisdicciones de los Distritos de Prevención, en rutas nacionales, avenidas y barrios urbanos y semiurbanos de toda la provincia.
El foco más crítico se registró en el sur provincial, donde los operativos se volvieron casi cotidianos. Joaquín V. González encabeza el listado con 146 animales incautados, seguido por la Ciudad de Salta, con 101, y el Valle de Lerma, con 75 casos registrados.
El último procedimiento tuvo lugar en la mañana del martes, en zonas de alta circulación vehicular: Circunvalación Oeste, avenida Asunción, Patrón Costas y las rutas nacionales 9, 68 y 51. Allí, la Policía retiró de la vía pública 16 caballos y 1 vaca, evitando posibles siniestros.
Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia, conducido por Gaspar Solá Usandivaras, remarcaron que la presencia de animales sueltos en espacios públicos constituye una falta contravencional, y recordaron que los propietarios deben ser localizados, infraccionados y responsabilizados por los daños y gastos ocasionados.
En este sentido, el ministro ordenó en enero pasado reforzar los operativos preventivos, fortalecer los recursos del Departamento de Caballería y articular acciones con municipios para el traslado y resguardo de los animales, muchos de los cuales son hallados en condiciones de abandono.
“No se trata solo de una infracción, sino de un riesgo real y permanente para quienes circulan por rutas y caminos. La responsabilidad del dueño es total”, señalaron desde la fuerza.
El fenómeno crece y las cifras lo confirman: mientras el Estado busca contener con operativos y sanciones, la falta de responsabilidad de algunos propietarios y la ausencia de cercos o controles ganaderos continúa alimentando una problemática estructural que pone en jaque tanto al tránsito como a la vida de los salteños.