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Cultura

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria

El Archivo y Biblioteca Históricos Joaquín Castellanos tiene una función relevante; la licenciada Paula Bertini, coordinadora del Complejo, dialogó con El tribuno sobre el trabajo que en ese espacio realizan. 

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria

Preservar el patrimonio cultural, garantizar la conservación de la memoria, asegurar la democratización del conocimiento y promover la lectura son algunos de los objetivos de quienes trabajan en el edificio de Belgrano y Sarmiento. La Coordinación de Bibliotecas y Archivos de Salta establece las acciones de la Biblioteca Provincial Dr. Victorino de la Plaza, el Archivo y Biblioteca Históricos Dr. Joaquín Castellanos y la Biblioteca Provincial Dr. Atilio Cornejo. Precisamente, el Archivo Histórico, como lo conocen los salteños e investigadores, cumplió 80 años este 7 de septiembre.

El Tribuno habló con Paula Bertini, coordinadora del Complejo. «Vamos a hacer un acto y contar qué es un archivo, para qué sirve, cuál es su función. Queremos desmitificar la idea de que el archivo solo junta las fotos de los nostálgicos de la Salta de antes», dijo. El 29 de septiembre mostrarán una línea de tiempo relacionada con la existencia del Archivo y su vinculación con grandes hitos de la historia local. «También vamos a presentar videos institucionales que estamos filmando y editando con Daniela Seggiaro. Obviamente, ese material va a recorrer las redes», cuenta Bertini.

8 décadas

«Es un montón. Una institución que exista como custodio último de la documentación patrimonial de una provincia y que tenga continuidad a lo largo de 80 años es un montón», resume la coordinadora. «Y habla bien de una política archivística de conservación de la memoria y de una construcción del acervo documental, pensando sobre todo en el futuro», agrega.

Los archivos tienden puentes. «Son instituciones del hoy que trabajan con materialidad del pasado, pero que están pensando todo el tiempo en el futuro, en dejar esas bases, esos fondos, esas fuentes de consulta para las generaciones que vienen», define Bertini.

Estas instituciones tienen una cara visible a la comunidad, y otra no tanto y de mucho trabajo. «El archivo nuestro tiene su primer documento del año 1583 y el último es de la década del 80 del siglo pasado. Son siglos de documentación que hay que cuidar, catalogar, conservar… que hay que difundir y dar el acceso al ciudadano. Hay mucho trabajo interno, más allá de lo que se sabe en un archivo o en una biblioteca», dice.

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria

Imaginarios

«Uno tiene la idea de que un archivo es un depósito», señala Bertini, para luego desarrollar: «Había un imaginario de los archivos, así como de las bibliotecas, como depósitos de papel. En los archivos históricos estatales, en general, la gran fuente documental es el propio Poder Ejecutivo, en algún momento también fue el Poder Judicial y el Legislativo. Básicamente, la función del archivo era recoger la producción documental del Ejecutivo».

Sin embargo, también hay determinadas áreas, como por ejemplo fotografía y el archivo audiovisual que permiten «tener una pata más puesta en la calle», detalla, y suma: «Salimos a buscar documentación, muchas veces son colecciones personales o institucionales que no tiene que ver con la producción del Ejecutivo, sobre todo, del siglo XX, y que nos permiten tener otros vínculos con la comunidad». De allí las campañas de fotografía y de archivos audiovisuales. «Hemos recuperado joyas archivísticas que tienen que ver con la historia de una sociedad, son una pequeña muestra de una historia familiar o institucional pero que dicen mucho acerca del contexto histórico», menciona, y agrega: «Hemos hecho posteos con la radio de la UNSa con la palabra de los donantes; coleccionistas o investigadores que han acopiado documentos muy preciosos para nosotros. Nos han acercado fotografías, VHS, casetes… y quisimos que contaran a la comunidad por qué donan un tesoro que puede ser familiar o personal».

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria Paula Bertini, coordinadora del Complejo de Bibliotecas y Archivos de Salta.

Fílme de 100 años

Recientemente se realizaron las Segundas Jornadas de Experiencias y Saberes de Archivos, organizadas por el Archivo General de la Nación (AGN), Salta participó. «Hemos estado archivos históricos estatales de provincias, de la Nación, muchos archivos vinculados con la recuperación de la memoria, de Abuelas, de Hijos, muchos archivos de personalidades importantes, por ejemplo, el plástico León Ferrari que donó su archivo personal a una fundación; archivos de ferrocarriles, de barrios», enumera, y argumenta: «Básicamente, cuando tratás de reconstruir la memoria institucional, barrial, las historias personales, acudís a la documentación que te cuenta esa historia; son como las huellas».

«Fuimos con una experiencia muy puntual, la recuperación de un archivo fílmico de 1920, donado por un particular, acá, en el 2020», relata Bertini. «Dijo ‘estas son latas de 35 mm que tenía mi papá y no sé qué tienen’. Entonces las hicimos limpiar, las digitalizamos y cuando las pudimos ver, fue empezar a reconstruir a partir de las imágenes porque no había datos contextuales, y lo primero que hicimos fue identificar a Juan Carlos Dávalos y a Castellanos. Era la primera vez que los veía en movimiento, uno tiene imágenes de ellos en retratos», cuenta la especialista.

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria

«Y fuimos reconstruyendo que se trataba de una comitiva pro Huaytiquina. Justamente, Joaquín Castellanos le encarga a una comisión de notables que hagan una suerte de avanzada por la Cordillera hasta llegar a Chile, para ir previendo el trazado que iba a tener el tren que después sería la gran obra de Mauri», cuenta Bertini.

También llevaron otra experiencia, un fondo fílmico de los 70 sobre el primer trazado de una ruta provincial a Nazareno. «En acuerdo con el Conicet y otras instituciones, hicimos un abordaje territorial en Nazareno con esos fílmicos para mostrarle a la comunidad y para estimular la posibilidad de construir un propio archivo sonoro y audiovisual», detalla otra más de las acciones, y sintetiza: «Son dos movimientos que suele hacer siempre el Archivo: el trabajo hacia adentro cuando recibe documentación y el trabajo hacia afuera, cuando se trata de ayudar a otros a construir y a concientizar sobre la importancia del archivo».

Conciencia

De hecho, desde el 2020, desde el Archivo Histórico vienen haciendo capacitaciones para la formación de archivos en municipios. «Lamentablemente cambian las gestiones y se tira documentación. No se tiene conciencia de que, en realidad, los archivos trabajan por la memoria institucional y no por una gestión; trabajan por la memoria comunitaria, y por eso que venimos haciendo ese trabajo», dice Bertini. Con la formación de archivos en el sur provincial y en el Valle de Lerma, ahora se dirigen al norte y a los Valles Calchaquíes. «Vamos haciendo abordajes en las instituciones que nos piden asesoramiento», concluye.

Servicio

El Archivo Histórico brinda un servicio de información y de acceso a la información y a las fuentes. «El investigador comienza con un formulario de consulta y por ahí se extiende por meses en una investigación. Eso se puede hacer presencialmente acá, sin ningún problema», informa la coordinadora, y agrega: «También hay consultas puntuales. Por ejemplo, personas que necesitan una copia de una partida de nacimiento del fondo Registro Civil o alguna escritura del fondo de Escribanos y puede acceder a través del teléfono, del correo electrónico o de las redes o en forma presencial».

80 años del Archivo Histórico, un lugar para preservar la memoria La esquina de Sarmiento y Belgrano, un espacio de puertas abiertas.

Por la permanencia

«En este tiempo, hay poca noción de la permanencia y mucha práctica de lo efímero», dice Paula Bertini, y ahonda: «Los archivos funcionan en otra frecuencia, sin nostalgias y con un valor cierto por lo analógico, por lo tangible, por la materialidad de las cosas. Y uno analiza, si el primer documento es de 1583, acompaña toda la tradición occidental de nuestra historia, hay grandes deudas con un pasado anterior y que tiene incidencia en lo que hoy somos y podemos ser. Un archivo histórico, una biblioteca pública son espacios de resistencia de un discurso de arrasar con la memoria, con la historia, con un proyecto común de ciudadanía».

Sobre este espacio que los salteños sienten propio, dice: «Es hermoso, hay gente enamorada de su trabajo y usuarios que son fieles con nosotros, que permanecen horas y horas en este lugar».

´Por Roberto Acebo de Diario El Tribuno